"El impacto económico de este desastre será significativo y duradero", advirtió Obama al término de una reunión con miembros de su gabinete y altos funcionarios de la Casa Blanca, consagrada a la contaminación que afecta desde hace 50 días el Golfo de México.
Obama también intensificó la presión sobre la petrolera británica BP, responsable del derrame petrolero, para que responda a los residentes de la costa del Golfo que quieren compensaciones por perder sus medios de vida, y prometió una "atención constante y vigilante" de parte del gobierno.
De momento Florida, estado que en 2008 ingresó 65.000 millones de dólares, buena parte del monto gracias al turismo, tendrá que hacer frente a la marea negra en sus costas. Las principales actividades de buceo y pesca se verán afectadas por el derrame.