La Aresep ha anunciado que el 23 de mayo hará la audiencia pública para informar, debatir y decidir acerca de la propuesta de AyA de aumento de las tarifas para las mil quinientas Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales (Asadas).
Estas organizaciones, que tienen convenios de delegación otorgados por AyA para que ejecuten potestades institucionales en materia de operación, mantenimiento y desarrollo de acueductos y plantas de tratamiento rurales, cubren a un millón doscientas mil personas.
El pliego tarifario y la metodología novedosa de clasificación de grupos operadores con arreglo a clase de sistema (gravedad, bombeo y mixto, y planta de tratamiento), por lugar (el cobro se hará según la localización territorial de la Asada), por cantidad de personas del sitio (tarifas de acuerdo con el número de vecinos abastecidos), y el tipo de clientes (domiciliar, preferencial, Gobierno y empresarial), diseñadas por la UEN Gestión de Asadas, dependencia ubicada en la Subgerencia de Sistemas Comunales de AyA, haría, así, justicia a un reclamo largamente planteado por las comunidades administradoras de esos sistemas de que la sostenibilidad financiera de estos son imprescindibles para una gestión eficiente y eficaz destinada a brindar un servicio de calidad.
Sin dejar de mencionar que gran parte de esas Asadas requieren de más conocimientos técnicos y administrativos que deriven en una mejor gerencia de los sistemas, el hecho de que dispongan de más recursos, vía las tarifas solicitadas, les permitirá capacitarse y tecnificarse más, contratar los recursos humanos necesarios (contadores, administrativos, fontaneros), realizar con más acierto los procesos de cobro, micromedición y suspensión del servicio, y tener herramientas, maquinaria y demás insumos para el mantenimiento del acueducto, sus plantas de tratamiento y la red de suministro.
Para AyA es muy importante que el pedido tarifario sea aprobado puesto que relajaría la presión sobre los recursos humanos y materiales, que son escasos, con que cuenta en estos momentos para apoyar a las Asadas, ya que, precisamente, la falta de más ingresos financieros en estos grupos es lo que está condicionando, en gran medida, la proyección institucional en esos aspectos en la forma que se ha venido haciendo.
Es obvio que el respaldo de AyA se mantendrá ya que la responsabilidad contenida en los convenios de delegación no se elimina (lo que AyA transfiere es la autoridad para que operen los acueductos, no así la responsabilidad por lo bien o mal que hagan las Asadas), pero estará mejor librado para reorganizar el personal y los recursos en el cumplimiento de sus objetivos en la materia.
Por otra parte, el que las tarifas dichas sean autorizadas, es sumamente estratégico para AyA pues ello será un aliciente para que las comunidades prosigan con la administración de esos sistemas, evitándose que, como ha acontecido, los lugareños desistan de continuar con la gestión de los acueductos por falta de tarifas reales que compensen con creces los costos y posibiliten la reinversión del capital, entregándole o devolviéndole, entonces, a AyA esos acueductos, con lo que complica, en vez de resolver, la misión de éste de dotar del vital líquido y de tratar las aguas impuras.
A las mil quinientas Asadas les asiste el derecho de tener tasas favorables. Sí, pero también deben asumir obligaciones, una de las cuales es brindar el mejor servicio a la población servida, ahora que contarían con mayores ingresos, y, otra, la de atender oportuna y diligentemente las indicaciones de AyA en cuanto a formas de pensar, actuar y de ejecutar procesos, entre los que deseablemente debería estar el cumplimiento de las normas de control interno, en tanto personas jurídicas que administran fondos públicos, cuyo alcance está regulado en la Ley de Control Interno (siendo, en consecuencia, sujetos de fiscalización potencial de parte de la Contraloría General de la República) y en el Reglamento de Asadas de AyA.
Si se aprueban las tarifas y la metodología de aplicación recomendadas por AyA, esta institución saldaría una deuda histórica con las Asadas. De lograrse, ya no habría justificación para las quejas públicas, como por ejemplo las proferidas en un medio periodístico nacional por el Sr. Rolando Marín, de la Unión de Acueductos Comunales del cantón de Grecia (Unaguas), en febrero de 2012. Tienen la palabra la Aresep, pero, especialmente, las Asadas que serían beneficiadas con ese incremento en el precio del servicio que ofrecen: apersónense, hablen y escriban en la audiencia convocada por el organismo regulador con miras a defender la bondad de esas nuevas tarifas. AyA ya hizo su parte; les toca a las Asadas el resto.