Los neutrinos obedecen el límite de velocidad de la naturaleza, según con nuevos resultados de un experimento italiano.
El descubrimiento, presentado en arXiv.org , un servidor para documentos aún no publicados, contradice otra afirmación en el sentido de que los neutrinos pueden viajar más rápido que la velocidad de la luz. Los neutrinos son diminutas partículas eléctricamente neutras, producidas en reacciones nucleares. El año anterior, un experimento llamado Opera presentó evidencia de que los neutrinos viajaban más rápido que la velocidad de la luz. Situado por debajo de la montaña Gran Sasso, en el centro de Italia, Opera detectó neutrinos enviados desde el CERN, laboratorio de física de partículas de Europa, situado cerca de Ginebra, Suiza.
De acuerdo con los descubrimientos del grupo, los neutrinos hicieron el recorrido de 731 kilómetros 60 nanosegundos más rápidamente de lo que se esperaría viajando a la velocidad de la luz.
El anuncio acaparó titulares en todo el mundo, pero los físicos estaban profundamente escépticos.
El axioma de que nada viaja más rápido que la luz fue formulado por primera vez por Albert Einstein y es la piedra angular de la física moderna. Opera defendió su anuncio afirmó que no encontraba ninguna falla en su medición.
Ahora, otro experimento localizado a unos metros del Opera ha cronometrado que los neutrinos viajan casi a la velocidad de la luz, no más rápido.
Conocido como ICARUS, el proyecto rival monitoreó un haz de neutrinos enviado desde el CERN a finales de octubre y principios de noviembre del año pasado. Los neutrinos estaban agrupados en pulsos de apenas tres nanosegundos. Eso significaba que se podía cuantificar su velocidad con más precisión que la medición original del Opera, que usó pulsos de 10 microsegundos.
“Nuestros resultados coinciden con lo que le gustaría ver a Einstein”, dice Carlo Rubbia, vocero de Icarus y físico del CERN galardonado con el Premio Nobel.
Los neutrinos cronometrados por el experimento llegaron dentro de cuatro nanosegundos del tiempo en que cubriría la distancia la luz viajando en el vacío, dentro del margen de error del experimento.
Debido a que los pulsos del CERN fueron muy breves, Icarus solo midió siete neutrinos durante la tanda de finales de otoño, pero Rubbia dice que este número, relativamente bajo, no importa. “¿Cuántas veces hay que decir 'cero’ para estar seguro de que es cero?”, dice.
Los descubrimientos son otro golpe más para Opera, que ya estaba siendo objeto de intenso escrutinio por el resto de la comunidad experimental.
Casi tan pronto como se hizo el anuncio, los físicos empezaron a encontrar agujeros en el análisis de Opera, y el 23 de febrero los investigadores del equipo de Opera anunciaron que habían descubierto posibles problemas de medición en sus resultados originales.
Esos problemas pudieron haber llevado a la discrepancia de 60 nanosegundos.
Dario Autiero, físico del Instituto de Física Nuclear de Lyon, Francia, y coordinador de física de Opera, recibió de buena gana los últimos resultados. Señala que Opera siguió detectando neutrinos más rápidos que la luz en octubre y noviembre, usando pulsos más breves. El equipo sigue buscando posibles fuentes de error.
Para algunos, las nuevas mediciones resuelven la cuestión de una vez por todas. “El caso de Opera está concluyentemente cerrado”, dice Adam Falkowski, físico teórico de la Universidad de Paris-South, en Orsay, Francia. Pero Rubbia afirma que sigue esperando más mediciones programadas para la primavera por Opera, Icarus y otros dos experimentos dentro de la Gran Sasso.
“Si hubiéramos encontrado 60 nanosegundos, hubiera enviado a Opera una botella de champaña”, dice Rubbia. Pero tal como están las cosas, sospecha que brindará por Einstein. “Es un gran alivio, porque soy un tipo conservador”, agregó.