Cansados de la melancolía eterna que destilan las telenovelas latinoamericanas, los colombianos decidieron hacer del narcotráfico que azota a su país, un tema perfecto para contar historias.
Para bien o para mal, el narcotráfico vende y ha disparado el
Pero el efecto colateral ya se hizo sentir. Diplomáticos, crítica especializada y los mismos colombianos han censurado esas producciones. Para ellos, esas novelas no tienen reparo en lucrar con una problemática social que ha vertido ríos de sangre y dolor en Colombia.
Pese a ello, la avalancha de las denominadas narconovelas sigue creciendo. Ejemplo de ello, son producciones como
Para Luis Alberto Restrepo, director de
“En estas historias contamos el narcotráfico en Colombia. Eso nos permite hacer una historia más dramática, pero sin tanto melodrama”, dijo a
“Nosotros (los colombianos) le jalamos al melodrama, pero con temas más pintorescos”, dijo, por su parte, Diego Mejía, productor ejecutivo de
La ficción y el encanto de un mundo desconocido es lo que, a criterio de José Carlos Chinchilla, sociólogo y académico de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, es lo que hacen atractivas dichas producciones.
“Posiblemente, tienen un atractivo importante para la teleaudiencia ya que, desde la ficción, reconstruyen un mundo casi mítico o, al menos, desconocido para la mayor parte de televidentes; pero, que a la vez genera una gran curiosidad o necesidad de conocer”, explicó el sociólogo.
“Es evidente que en las narconovelas, no se describe la realidad tal cual es. Sí toman algunos elementos de ese tipo de vida y, mágicamente, hacen creer a los televidentes que lo presentado corresponde a lo que se vive en esos peligrosos mundos del tráfico de drogas”, añadió.
Darle preponderancia al tema social e histórico y ser producciones que atraen tanto a hombres como mujeres, son para Rolando Pérez, director del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR, lo que despierta interés en la sociedad.
Pero tocar fibras tan sensibles como las que teje el narcotráfico, divide a la opinión pública entre quienes consideran que no se puede tapar el sol con un dedo y los que piensan que, lejos de mostrar una realidad, se está alimentando la fascinación por el dinero fácil y el poder.
“Nosotros estamos mostrando las cosas como son; sí hay mucha gente que se entusiasma con ese mundo. Pero nosotros mostramos cómo se destruyen las familias, cómo se matan entre amigos”, comentó Restrepo.
“Al hacer este tipo de televisión, se hace algo que entretiene, pero también está la metáfora de que ser narco no paga”, comentó, por su parte, Mejía,
“Todo narco termina en la cárcel, termina traicionado o perdiendo la familia. Dentro del entretenimiento que estamos dando estamos diciendo que ser narco no es bueno”, aseveró el colombiano.
Pero hay quienes, como el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, o los creadores del sitio en Facebook “No más narconovelas, narcoseries y narcopelículas”, que no encuentran en estas producciones ninguna moraleja.
“Con nombres muy bonitos, las telenovelas colombianas exaltan el narcotráfico, el robo, el atraco”, había dicho, a principios de año, el líder político en una reunión sobre el contenido televisivo.
La prensa colombiana también ha alzado su voz contra estas novelas. El diario
“Estas series se están mostrando con una total desverguenza frente al mundo, que termina viéndonos como el país de los narcos y de las chicas de la mafia”, opinó Javier Darío Restrepo, crítico de especializado de ese país.
Con esa opinión difiere el también crítico Mario Fernando Prado. Él cree que las narconovelas no son tan negativas como parecen.
“Es inútil tapar el sol con las manos: aquí se da el narcotráfico como flor silvestre. Como en Estados Unidos se dieron los
“(Las narconovelas) Convierten un tema tan duro en algo banal, un objeto de disfrute. Debería haber una responsabilidad por parte de sus productores, de ver las consecuencias, porque no se trata de documentales”, explicó el experto.
Aunque no han realizado estudios sobre este tema, él considera que buena parte de la fascinación que despiertan las narconovelas viene dada por la proximidad, por ser el narcotráfico un tema de la agenda noticiosa.
Pero, ¿cuánto tiempo durará el
Para Restrepo se deben dosificar para no aburrir al espectador. En su caso, tras terminar de rodar
Para Diego Mejía no hay duda que de esta problemática social todavía queda mucha tela que cortar.
“El contenido es infinito en un país como el nuestro; ningún país está exento del narcotráfico. Hay temas como el después del narco, los núcleos familiares destruidas, los niños del narco, las esposas del narco, los rompimientos estructurales, regionales... se puede generar infinito contenido, no va a parar”, sentenció el realizador colombiano.
A la vez reconoció que es un tema que tarde o temprano se tendrá que dosificar. En su opinión, el narcotráfico es un trema cíclico y siempre volverá.