En el intermedio del juego, luego de una primera parte fatídica para los morados, el timonel Jeaustin Campos reajustó su libreto, hizo solo una variante de hombre por hombre y el equipo cambió de cara radicalmente.
Fueron 15 minutos de camerino que le bastaron para pasar del ridículo a la brillantez.
Saprissa varió su sistema, pasó a jugar con cuatro atrás, con Adolfo Machado como lateral derecho. Esto le permitió soltar a Marvin Angulo, su mejor generador de juego, a su puesto natural en la mediacancha.
Sumado a ello, incluyó a Daniel Colindres en lugar de Deyver Vega recostado por un lado.
El relevo ingresó fino a la cancha y fortaleció la penetración en ataque de los tibaseños por el costado izquierdo, en relación a un Vega perdido y muy lejos de su nivel habitual.
“Aparte del cambio de sistema, presionamos más, los recorridos fueron más eficientes y más efectivos y sobre todo el deseo de los muchachos de sacar el marcador”, comentó el timonel tibaseño, Jeaustin Campos.
El estratega de la S reconoce que la intención con las variantes tácticas era darle más claridad al juego del equipo de la mitad del campo hacia arriba.
Según Campos, era necesario “canalizar las ganas” que el plantel mostró en la primera parte pues hubo muchas equivocaciones en las zonas de marcación y en el último pase, lo que provocó que se jugara tan mal.
“Había que tener más calma con el balón, el equipo cayó en el pelotazo y eso no nos beneficia. En el segundo tiempo mejoramos”, afirmó Néstor Monge.
“En el camerino se habló de que se tenía que ganar el partido a como diera lugar. De que había que mostrar el carácter para dar vuelta al marcador”, añadió el defensor Francisco Calvo.