La inmensa mayoría de los médicos de este país ha brindado sus servicios en las entidades públicas o privadas, con sentido de vocación, procurando el mayor bienestar de sus pacientes, con alta excelencia científica, a pesar de que muchos de ellos no reciben por esa labor una remuneración proporcional a la responsabilidad social y al riesgo que con- lleva el ejercicio de la medicina.
Los altos índices de salud de que goza la población costarricense lo comprueban. En el periódico LaNación del lunes 11 de junio del 2012, página 45A Sección de Foro, la periodista Ángela Ávalos escribe un artículo titulado “Mercaderes de la salud”, en el cual cuenta tres historias supuestamente reales en que se involucra a tres médicos que ejercen la medicina privada, que según la narración, engañaron a sus pacientes, agravando su enfermedad, con la intención de cobrar honorarios.
El problema es que, al no decir los nombres de esos médicos, por el contenido del artículo, consigue afectar la imagen del gremio en general y en especial a los que se dedican a la medicina en sus consultorios o en hospitales privados. Como Colegio de Médicos, es nuestra obligación salir en defensa de la imagen del médico que se ve enlodada con publicaciones como las que realiza la periodista Ávalos. Si ella tiene el nombre de los médicos, que presente la denuncia, sea ante los tribunales, sea ante el mismo Colegio de Médicos. Si lo que narra en esa historia es cierto, de seguro que los médicos se harán acreedores de una sanción por violentar los principios éticos que rigen la profesión. Pero si ella no tiene los nombres o bien teme decirlos, no es válido que se valga del anonimato del denunciado para pretender enlodar a todos los médicos, y en especial los que ejercen la medicina en forma privada.