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Del mal sueño y sus buenos oficios

Cinta excepcional De Orson Wells, ‘La dama de Shanghai’ destaca por su complejidad visual y narrativa

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En alguna ocasión, seguramente rodeado de unas cuantas botellas vacías, John Ford comentó que había asumido el rodaje de Mogambo (1953) como unas vacaciones pagadas en África. Todo indica que Ford inspiró su exceso de franqueza en las historias sobre Harry Cohn, el productor que años atrás había acusado a Orson Welles de tomarse el rodaje de La dama de Shanghai (1947) como un largo paseo por el golfo de México a bordo del yate de su amigo Errol Flynn.








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