Un ingeniero civil de 69 años y un abogado de 43 años –especializado en Derecho Internacional Público– se convirtieron ayer en los nuevos jerarcas en los ministerios de Transportes y Justicia.
Luis Llach Cordero se desempeñó hasta ayer como ministro interino de Obras Públicas y Transportes, tras la abrupta salida de Francisco Jiménez.
Hace 32 días la presidenta Laura Chinchilla le pidió la renuncia a Jiménez, tras las denuncias de supuesta corrupción en la construcción de la trocha fronteriza Juan Rafael Mora Porras.
Mientras tanto, el abogado Fernando Ferraro se desempeñó hasta ayer como viceministro de Justicia y ahora releva a Hernando París, quien dejó el cargo el 15 de mayo anterior.
París alegó en aquel entonces que ya había cumplido con las tareas encomendadas a su despacho, desde que asumió funciones en agosto del 2009, durante la administración de Óscar Arias.
Los anuncios fueron hechos ayer por la mandataria Chinchilla, luego de juramentar a los nuevos ministros en la sesión ordinaria del Consejo de Gobierno.
Junto a Luis Llach asumió José Chacón Laurito como nuevo viceministro de Infraestructura. Se trata de uno de los funcionarios con más experiencia en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
Aunque trabajó en forma ininterrumpida entre 1970 y el 2004 –cuando se pensionó–, Chacón regresó en el 2010 para asumir la División Marítimo Portuaria y el proyecto de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM).
En Justicia, el nuevo viceministro será Eugenio Polanco, quien se desempeñaba como Director General de Adaptación Social.
Con ese dinero, proveniente de dos préstamos con los Bancos Interamericano de Desarrollo y Centroamericano de Integración Económica, se completaría el tramo de la Circunvalación Norte.
También se construiría la carretera entre Bajos de Chilamate y Vuelta de Kooper (zona norte) y la ampliación a cuatro carriles de la Interamericana Norte (entre Cañas y Liberia, Guanacaste).
Llach aseguró que uno de sus compromisos personales será “arreglar bien” el puente de “la platina”, en la autopista General Cañas.
Por su parte, Fernando Ferraro llega a un despacho en que los retos pendientes son reducir la sobrepoblación carcelaria y continuar con la construcción de nuevos módulos en centros penales.