18/06/2012. Teatro Nacional, San Jos. preparacin del Vestuario para la Opera La Tosca que ser presentada en el mes de Junio. en la fotografa: Sarita Lopez, Durn, costurera desde 1990 de los vestuarios del teatro ./Pablo Montiel (Pablo Montiel)
“La vaporosa falda de su vestido se hinchó como una nubecilla rodeándola; su delgado, suave y juvenil brazo desnudo se hundió entre los pliegues del vestido rosa'”. Las anteriores son solamente dos de las muchas líneas que el escritor ruso Lev Tolstói dedicó a detallar los trajes de sus personajes: costuras aquí e hilos allá cuentan la vida de la Rusia del siglo XIX. Esos fragmentos formaron parte de los elementos que Jacqueline Durran estudió para crear la vestimenta de la adaptación cinematográfica de Anna Karénina , cinta ganadora del premio de la Academia estadounidense de cine al Mejor Diseño de Vestuario el domingo 24 de febrero.
Al mismo premio estaban también propuestas las cintas Mirror Mirror, Los miserables, Snow White and the Huntsman y Lincoln . Estos largometrajes destacaron por ilustrar refinadamente la grandeza del cine a través de la moda y tienen un elemento en común: todas representan el pasado.
Anna Karénina se desarrolla en la Rusia imperial; Los miserables , en la Revolución Francesa; Lincoln , en los Estados Unidos de 1865; Mirror Mirror y Snow White and the Huntsman se basaron en Blancanieves , cuento que los hermanos Grimm escribieron en el siglo XIX.
Ese “pasatismo” se torna inquietante cuando Jacqueline Durran reconoce que la fidelidad histórica no fue un factor dominante en Anna Karénina . Los vestidos, los tocados y los accesorios del largometraje son una síntesis de los trajes de la década de 1870 y de las encorsetadas líneas sinuosas que Christian Dior llamó ‘new look’ en los años 50.
El director del filme, Joe Wright, fue quien sugirió sintetizar los trajes de 1870 y la diseñadora le propuso crear un híbrido entre la ropa de la época y los diseños de Dior, Lanvin y Balenciaga.
“Enfaticé la influencia de los años 50 para mostrar que no estaba cosiendo disfraces, sino creando un estilo propio”, declaró la modista al diario El País .
El trabajo del vestuarista, entonces, no es sencillo. ¿Qué papel cumple el modista en el cine, el teatro y la televisión? Además, las predilecciones de la Academia hacen preguntarnos: “¿Estará la categoría de diseño de vestuario orientada a premiar el cine de época?”.
En blanco y negro. En los Oscar se considera al Mejor Vestuario desde 1948, en la 21.ª edición de los galardones. Entonces existían dos categorías para el premio: películas en colores y cintas en blanco y negro.
En 1948 se premió a Roger K. Furse por su trabajo en Hamlet , la película que destacó en blanco y negro. Por otro lado, Barbara Karinska y Dorothy Jeakins ganaron el primer Oscar en Diseño de Vestuario en Películas en Color con el largometraje Juana de Arco . El mismo año, otra modista estaba entre las candidatas: Edith Head; aunque no fue la ganadora en esa ocasión, años después acumuló más estatuillas que ninguna otra persona.
“Edith Head (1897-1981) fue una diseñadora de vestuario estadounidense que ganó ocho premios de la Academia y tuvo 35 candidaturas por su trabajo”, cuenta el artista Miguel Casafont. La diseñadora creó los trajes de películas clásicas, como Vacaciones en Roma (1953), La heredera (1949), El crepúsculo de los dioses (1950) y El golpe (1973).
A su vez, Jay Jorgensen, biógrafo de Head, cuenta que ella daba gran importancia al vestido como una herramienta para caracterizar a los personajes: “Lo que hacemos es una mezcla entre magia y camuflaje. Logramos que el público crea que, cada vez que ve a un actor en la pantalla, es una persona diferente”, dijo Edith Head en 1958.
Ella ha pasado a la historia gracias a sus premios Oscar; sin embargo, este no es el único reconocimiento ni el más importante en la industria del diseño de vestuario. Cada año, el Gremio de Diseñadores de Vestuario premia a los creadores más destacados del cine en tres categorías: en películas de época, de fantasía y contemporánea.
Este año, los largometrajes ganadores de los premios del Gremio de Diseñadores fueron respectivamente Anna Karénina , Mirror Mirror y Skyfall , nueva secuela del agente 007. El peso de este premio es tal que los ganadores se convirtieron instantáneamente en los favoritos para el Oscar.
Plasmaciones. Los tejidos y los hilos se disgregan en múltiples posibilidades para el modista. Su trabajo le exige ser versátil y multifacético: “El diseño de vestuario es una especialidad común para todos los medios escénicos: teatro, cine, televisión, artes danzarias... El creador se especializa en el lenguaje propio de cada medio”, explica Diana Fernández, codirectora del Programa Internacional de Diseño de Moda de la Universidad Véritas.
El vestuarista se mueve entre dos aguas: puede ser totalmente fiel a la historia o tomarse libertades para representar la atmósfera de una época a partir de lo que el director y el productor desean transmitir. Fernández –también diseñadora de vestuario– comenta el reto de crear prendas de época:
–Cuando nos enfrentamos a un proyecto que se desarrolla en épocas pasadas, el creador debe tener presente los códigos del vestido y conjugarlos de forma eficaz.
Así, Paco Delgado –diseñador de vestuario del musical Los miserables – afirmó, para el diario español El País , haberse basado en las obras del pintor francés Eugène Delacroix para conocer el vestuario de la Francia del siglo XVIII. Además, tomó como referencia las texturas y la atmósfera lúgubre de las Pinturas negras de Francisco de Goya.
Un ejemplo nuestro es la ópera Tosca , que se presentó en junio del 2012 en el Teatro Nacional. Su vestuarista, Milo Junco, se inspiró en las pinturas del francés Jacques-Louis David para recrear los trajes, según declaró al periodista Melvin Molina, de Viva : “Sus pinturas nos sirvieron para los detalles. Esta es una ópera tal cual debe ser”.
Rolando Trejos, diseñador de vestuario de la Compañía Nacional de Teatro, sostiene: “El diseño de época es más premiable. Hay que investigar las circunstancias económicas, políticas y sociales de ese tiempo: qué se usaba y con qué materiales se vestía”.
La sensibilidad artística del vestuarista halla su espacio en la investigación de la historia de la moda. El diseñador visita museos, lee documentos y destruye –y reconstruye– vestidos antiguos.
“La ropa que diseña será vista en el escenario o la pantalla, por lo que el diseñador debe considerar el movimiento que los vestidos necesitan para lucirse bien”, comenta Miguel Casafont.
Una pieza del modelo. “El vestuarista es parte de un equipo técnico; trabaja junto con el director, el director escénico y el diseñador de iluminación; igualmente colabora con los maquillistas, así como con los encargados de los efectos especiales, explica Casafont.
A su vez, Rolando Trejos considera: “El diseñador plasma el concepto que tenga el director en un montaje artístico en época, en color, en textura'”.
Pese a trabajar con la misma materia prima, el papel del diseñador de moda y la labor del diseñador de vestuario difieren: “Un vestuarista debe abarcar lo que la obra requiere, lo que necesita el director de escena y el concepto general del montaje. El diseño de modas se adapta a lo que quieran los clientes”, precisa Rolando Trejos.
“El diseñador de moda crea de acuerdo a las pautas trazadas para insertarse en un mercado, a partir del conocimiento de la evolución del gusto y en relación con las tendencias”, indica Diana Fernández.
Esa diferencia no impide que un vestuarista se incorpore al mundo de la moda o que un diseñador de moda pueda ser vestuarista, como Hubert de Givenchy, quien creó el mítico vestido negro que Audrey Hepburn llevó en el comienzo de Desayuno con diamantes (1961). Sus diseños también constan en Sabrina (1954), a pesar de que Edith Head no permitió que el nombre de Givenchy apareciera en los créditos junto al de ella.
El vestuarista es una de las partes de un rompecabezas artístico; su conquista está en tomar las pinceladas y los detalles de lo cotidiano para darle lugar a la realidad humana en las tablas o la pantalla.
“De la historia a la ficción, de la escritura al fotograma: a partir del valor de la indumentaria como medio de comunicación no verbal, debe existir una adecuación de sus códigos a la expresividad propia del séptimo arte”, concluye Diana Fernández.
Jacqueline Durrán tuvo la agudeza de pasar de las letras a la pantalla la expresiva descripción que hizo Tolstói: “A pesar de su aspecto de mariposa posada por un instante en una flor, agitando las alas y pronta a volar, una terrible angustia inundaba su corazón”.