Lampard y Terry, dos jugadores emblema del Chelsea, alzaban juntos un trofeo que le ha costado lágrimas y sufrimiento a los Blues. Un título que para el plantel y el dueño del equipo, Roman Abramovich, era una obsesión.
La Liga de Campeones de Europa se le negaba una y otra vez a los londinenses.
Un gol al último minuto de Iniesta en el 2009 los dejó fuera en el año en que su plantel estaba en la mejor forma y en el cuál Abramovich había invertido más de 100 millones de dólares.
El próximo año tuvieron el trofeo en las manos: John Terry tuvo a disposición el quinto penal de la serie que les daba la
Pero como en una comedia, un resbalón de Terry al cobrar desde los 11 pasos los dejó con las ganas de ser campeones europeos.
Un técnico tras otro pasaron por el banquillo de los Blues: Mourinho. Scolari, Avram Grant, Hiddink, Ancelotti y André Villas-Boas lo siguieron al no complacer al dueño del equipo.
Los londinenses han tenido un año para olvidar en la liga, por primera vez desde el 2003 no finalizaron en los tres primeros puestos. Ocuparon la sexta posición que no les daba un puesto a la Liga de Campeones de Europa.
Además del mal papel en la liga, el Chelsea estuvo a punto de ser eliminado en diversas ocasiones en esta Liga de Campeones.
En la primera ronda de eliminatoria directa cayeron 3 a 1 en Italia frente al Nápoles.
Muchos daban por muertos a los londinenses, pero Roberto Di Matteo logró lo impensable y venció 4 a 1 en casa a los napolitanos.
Luego vino la semifinal con Barcelona donde una expulsión y dos goles de Barcelona casi los sepultan en el Camp Nou.
Pero aún con diez hombres lograron empatar y clasificaron a la final, donde una vez más sufrieron más de la cuenta.
Hace una década el Chelsea era un cuadro pequeño que se conformaba con llegar a la Europa League. Años de desgaste, de grandes inversiones y de eliminaciones a último minuto fueron el costo para que por primera vez se puedan proclamar los reyes en Europa.