Justo antes del amanecer, una lluvia de meteoros se apoderará del cielo mañana a las 5 a. m. (hora de Costa Rica).
Se trata de las llamadas gemínidas, uno de los últimos espectáculos astronómicos que se podrán observar en nuestro país este 2010.
Si bien esta lluvia de meteoros es visible desde el 7 de diciembre y se extenderá hasta el 17, el martes 14 alcanzará su punto máximo.
Para ubicarla en el firmamento basta situar la constelación de Géminis, punto radiante que da la sensación de que de ahí provienen los meteoros. También es la razón del nombre Gemínidas .
Según Eric Sánchez, funcionario del Planetario de la Universidad de Costa Rica (UCR), esta constelación puede encontrarse después de las 9 p. m. si se observa al este. Cerca de las 5 a. m. ya estará al oeste.
Igualmente, Sánchez aclaró que la hora se utiliza como referencia dado que el fenómeno astronómico puede adelantarse o atrasarse.
Condiciones de observación. Por la época del año, no se prevé lluvia o neblina. Al contrario, se espera un cielo despejado.
En esa fecha, la Luna estará en cuarto creciente. Sin embargo, Sánchez afirmó que estará ocultándose a eso de la medianoche, por lo que no se supone que su luminosidad interfiera. Eso sí, las luces de la ciudad pueden dificultar la observación. Por eso, se aconseja buscar un lugar en la playa o en la montaña donde no haya muchas fuentes de contaminación lumínica.
Para percibir esta lluvia de meteoros no se necesitan instrumentos como binoculares o telescopios. Puede verse a simple vista.
Las Gemínidas abarcan toda la bóveda celeste. Cada meteoro puede tener el tamaño de una canica y alcanzar una velocidad de 32 kilómetros por segundo. Para este martes se prevé que se observen 120 meteoros por hora.
Partículas de asteroride. A diferencia de otras lluvias de meteoros, las Gemínidas no se originan por el paso de un cometa. En este caso se verán los restos de un asteroide conocido como 3200 Phaethon.
Todos los años, por estas fechas, ese asteroide cruza la órbita de la Tierra. Sus escombros rocosos ingresan a la atmósfera y se encienden como estrellas fugaces.