El vicepresidente de la República, Luis Liberman, niega haber influido en el nombramiento de varios jerarcas dentro del sistema de supervisión financiera, con el fin de ganar control en las superintendencias y así poder allanar el camino de los fideicomisos de obra pública.
Aunque hasta ahora se ha mantenido al margen del conflicto entre el Banco Central y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), su nombre salió a relucir en las comparecencias de Francisco Lay y el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, en la Asamblea Legislativa.
La controversia surgió tras la denuncia de Lay de que el Banco Central quiere el control de estos órganos, según señaló en su carta de renuncia que publicó el 14 de setiembre pasado y con la cual anunció su salida, que se hizo efectiva el pasado 16 de octubre .
Sin embargo, más allá de esta dimisión, el encontronazo puso en discusión el funcionamiento del sistema de supervisión, el cual hasta ahora había permanecido inmune a las críticas.
Uno de los puntos que está sobre la mesa es la injerencia política en la supervisión. En este tema, el diputado del Partido Acción Ciudadana Juan Carlos Mendoza cuestionó que varios de los actuales jerarcas del sistema de supervisión laboraron para una misma empresa, la cual da servicios de asesoría.
Esa firma es Cefsa (Consejeros Económicos y Financieros S.A.), donde laboró Liberman; Félix Delgado, gerente del Central, y además trabaja ahí el actual presidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero, José Luis Arce.