El dinamismo que está mostrando Panamá impresiona. El boom de construcción de edificios en ciudad de Panamá le ha hecho ganarse el apodo de la “Dubái de América”. La inversión en infraestructura le está cambiando la cara a todo el país: la ampliación del Canal, el metro, los pasos a nivel dentro de la ciudad, la ampliación del aeropuerto de Tocumen, la construcción de nuevos aeropuertos y carreteras en el interior del país.
El dinamismo se refleja también en la producción, que ha crecido a un ritmo de 9% anual en los últimos 5 años, con todo y crisis mundial. Esto ha hecho que su PIB per cápita, ajustado por el poder de compra, haya pasado de ser igual al de Costa Rica en el 2007, a ser un 20% mayor hoy. El desempleo es casi nulo, lo que ha generado un aumento de salarios para la mayoría de los trabajadores. La principal queja de los panameños es que los precios ahora crecen más rápido que antes. Acostumbrados a una inflación de menos del 2%, el nivel actual de 6% les parece exorbitante.
¿Como lo han logrado? Ayuda mucho la gran cantidad de dinero que ingresa por la administración del Canal. Con ese dinero, sin necesidad de endeudarse, están haciendo la ampliación. El dinero adicional que esperan les ingrese cuando esté terminada la ampliación lo usaran para pagar las deudas adquiridas en la construcción de las otras obras.
Pero, no basta con tener la plata disponible, sino que hay que ejecutar lo planeado. En eso le ayuda mucho a Panamá tener un presidente que ha sido empresario, y que tiene una meta muy clara de querer ejecutar durante su administración las obras que no se han hecho en los últimos 15 años. Sin el empuje de Martinelli mucho de lo que se construye hoy estaría sin ejecutar.
También hay que darle mérito a que Panamá se ha preparado desde hace varios años. La administración del Canal la han manejado de manera muy profesional, sin intromisión política. La política económica no ha sufrido cambios abruptos con la entrada de nuevos Gobiernos. Copiaron de Costa Rica las leyes de atracción de inversión extranjera directa y de inversionistas rentistas. Hace 9 años declararon obligatoria la enseñanza del inglés en escuelas y colegios, públicos y privados. Todo eso los ha convertido en un país atractivo para los inversionistas.
Hay quienes son escépticos del "milagro panameño". Algunos dicen que el dinero que ingresa es puro lavado del narco. Otros critican la excesiva ejecutividad de Martinelli, que avanza con sus proyectos a pasos agigantados, muchas veces sin consultar a otras partes, o buscando evitar controles. De ahí que el reto de Panamá sea el consolidar este dinamismo en algo duradero, que ayude a consolidar el bienestar de todos los panameños y de su democracia. De momento, es claro que le están ganando la partida a Costa Rica en muchos aspectos.