La mañana y tarde del domingo, decenas de jóvenes cosplayers de las más variadas estirpes posaron y compartieron en el INBioparque, en Santo Domingo de Heredia.
Con cabelleras verdes, rosadas y azules –entre otros vibrantes colores–, vestimentas de costura pop y una actitud amigable y abierta, la selección de fichas del cosplay costarricense se paseó por los trillos del parque sin que una gota de prejuicio obstruyera su bienestar.
En general, la gran homenajeada –como suele suceder– fue la cultura japonesa, a la cual la muchachada ahí presente le rinde pleitesía desde muy temprana edad, aunque también se vieron personificaciones de videojuegos, series y hasta músicos occidentales.
Por ejemplo, Stephanie Hernández, de 17 años, llegó con su familia, acaparando la atención con una peluca y lentes de contacto azules, en representación de Hatsune Miku, una aplicación de software de música japonés. Ella comenta que tiene dos años de estar haciendo cosplay , tiempo en el que ha encarnado a seis diferentes personajes.
Otra que llamó la atención fue Kimberly Vega, quien, con 18 años, acumula seis trajes, siendo Harley Quinn –personaje del cómic de Batman– su favorito. En su casa, sus familiares no solo han aceptado su afición, sino que también quieren formar parte de esta cultura. “A mis papás ahora se les metió la idea y quieren hacer cosplay ; mi mamá quiere hacer a la Batichica y mi papá a Batman”, comentó la joven.
Al igual que ellos, muchísimos cosplayers más pasaron su domingo actuando como los personajes, tomándose fotografías los unos a los otros con divertidas y pintorescas poses.
Además, el karaoke del cosplay también estuvo a disposición, con la ayuda de la traducción fonética de populares canciones japonesas o de series de animé, de artistas como DWB, T.M. Revolution, EXO y Mblaq, entre otros.
Anexo. La actividad del domingo representó la segunda ocasión en la que esta subcultura invade el INBioparque, en donde también hubo una feria de cultura pop y una gran exhibición de bonsáis.
Los pequeños árboles adornaron una gran sala, aparentando un diminuto ecosistema hecho a base de cipreses y olmos, entre otros.
Además, en la feria, se vendieron todo tipo de íconos de la cultura pop japonesa, en forma de telas, prendas, almohadas, discos, llaveros, pósters y figuras de colección hechas con porcelana fría.
Con tanta oferta y la libertad de ser, durante algunas horas, el personaje de sus sueños, los cosplayers le sacaron el jugo al INBioparque.