Al conocer el dato de que cuatro educadores fueron condenados penalmente por conductas sexuales indebidas y cinco recibieron medidas cautelares dictadas por medio de la vía penal, dos expertos dieron su veredicto: es muy difícil que se curen.
Eugenio Polanco, director de Adaptación Social (entidad que maneja el sistema carcelario) dijo: “El tratamiento que utilizamos en personas que cometieron delitos sexuales tiene como objetivo modificar la conducta del preso, no para que deje de ser un ofensor sexual, sino para que la persona controle esa función de ofensa sexual, porque lamentablemente eso no tiene cura”.
Una vez que un educador condenado por conductas sexuales cumpla la pena, queda con plenas libertades, es posible que se pueda reintegrar al aula, añadió.
“Depende de cada caso y el tipo de ofensa, pero en principio nosotros no podríamos recomendarlo. Ahora, la Sala Constitucional, podría, lo pongo como posibilidad, no conozco sentencia al respecto, prohibirnos que nosotros a su vez le prohibiéramos (el regreso al aula); esto por protección a las víctimas”, indicó Polanco.
Eugenia Salazar, fiscala adjunta de Delitos Sexuales, dijo que cuando educadores se ven envueltos en estos delitos, por lo general son hechos agravados.
“Cuando hablamos de relación alumno-profesor, siempre nos vamos a encontrar con temas de asuntos de poder. En ese momento es la máxima autoridad dentro del aula.
“Es lo mismo cuando un papá se aprovecha de un hijo; los chicos ven en los maestros modelos a seguir (...) es por eso que cuando un educador comete el hecho es por lo general un delito agravado”, explicó Salazar.
La pena por un delito de abuso sexual contra menores de 13 años va de 4 a 10 años. Si es mayor asa edad, de 3 a 8 años.
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