07/09/2011, foto tomadas en el Teatro Melico Salasar, precentacion de Tango con el Bailarin Iaki Urlezaga, en La foto Iaki Urlezaga. /fotograia Fabian Hernandez para la nacion. (Fabian Hernandez)
En un breve pero interesante espectáculo, el Ballet Concierto de Iñaki Urlezaga ofreció al público tico una fusión entre dos estilos de danza muy distintos.
El bailarín argentino rindió tributo sus orígenes y también a su pasión por el baile clásico en una coreografía de una hora, titulada Tango .
Urlezaga estuvo acompañado en escena por la primera bailarina Eliana Figueroa y por un coro de 12 bailarines, que, con gran técnica, dominaron los arabescos, saltos, ganchos y cadenas de la noche.
Pasión. La coreografía estuvo llena de la intensidad, la elegancia y el coqueteo de una milonga.
La escenografía austera, compuesta solo por juegos de luces y humo, exaltó los movimientos de los intérpretes y los convirtió en el centro de atención de la velada.
Eliana Figueroa emergió como la estrella de la noche, gracias a movimientos gráciles y su capacidad expresiva. En varios momentos, la primera bailarina opacó a Urlezaga.
El resto del elenco ejecutó la pieza con gran técnica, perfecta coordinación y sin esfuerzo evidente.
Los bailarines masculinos acompañaron su trabajo de pies con la actitud altiva típica de un protagonista del tango. En varias ocasiones, los artistas se entregaron a competencias de saltos y giros, aplaudidos por los asistentes al espectáculo.
Mientras tanto, las mujeres adoptaron personajes tristes o traviesos respondiendo a los caprichos de la música. Las bailarinas enfrentaron con habilidad el desafío de danzar los complicados ganchos, traspiés, sacadas y cunitas sobre sus puntas.
La capacidad interpretativa del ballet generó elogios en el público.
“Fue maravilloso. Los bailarines fueron excelentes y muy simpáticos”, comentó Nicolette Baker.
Melodía. La música fue la otra gran protagonista de la noche.
La selección musical estuvo compuesta por temas de los argentinos Astor Piazzolla y Gustavo Santaolalla, miembro del grupo Bajofondo.
“La selección musical fue muy buena, le imprimió mucha energía a la presentación”, dijo Manrique Hernández, quien también es bailarín.
Las canciones sin letras, a excepción de una pieza de Piazzolla, proporcionaron un marco ideal para que los bailarines expresaran su musicalidad y líneas hermosas.
Al ritmo nostálgico de Los pájaros perdidos, Figueroa y Urlezaga protagonizaron uno de los pas de deux más delicados y memorables de esta propuesta de ballet contemporáneo.
No obstante, las críticas tampoco estuvieron ausentes.
“Me pareció muy bueno, pero en contra está el tiempo. Fue muy corto”, aseguró Ronald Chacón.
Tango capturó la atención de un público que apreció el nivel de los bailarines, pero el ritmo de la seducción no les robó el corazón.
Tras la efímera presentación, que cobró hasta ¢35.000 por asiento, el Melico Salazar aplaudió mas no ovacionó a Urlezaga.