Chile (El Mercurio, GDA). Tras cinco años de mediciones científicas, ayer fue dada a conocer la longitud exacta de la Gran Muralla China: a los 8.850 kilómetros contados en 2009, se suman otros 12.250, que dan un total de 21.196 km, el equivalente a hacer un viaje de ida y vuelta entre Santiago y París.
El informe de la Administración Estatal del Patrimonio Cultural de China es la primera publicación que entrega detalles más específicos de esta gran estructura, cuya construcción se inició hace más de 2.200 años, y que en 1987 fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Y, entre ellos, hay datos poco positivos: gran parte sufre la amenaza del deterioro natural y artificial, como el robo de piedras y ladrillos, o las actividades humanas, como la minería, el turismo y los cultivos en lugares donde está muy erosionada.
Una gran parte del muro ha colapsado. "La salvación y mantenimiento de los vestigios de la Gran Muralla no pueden postergarse", indica el informe.
Por ejemplo, sólo el 8,2% de la muralla construida durante la Dinastía Ming (1368-1644) sigue intacta, mientras que el 74,1% está en malas condiciones y en algunas secciones sólo se mantiene la base.
La Gran Muralla se extiende por 15 provincias, regiones autónomas y municipalidades de China; tiene 43.721 sitios de interés histórico, incluidos ciertos tramos, puestos defensivos y otros elementos relacionados con la construcción y sus ruinas, informó Tong Mingkang, subjefe de la administración.
La construcción de la primera parte de la muralla data del Período de los Estados Combatientes (475-221 a.C.), y en los siglos siguientes, los muros fueron construidos por las dinastías posteriores en áreas dispersas, pero de forma estratégica para rechazar los ataques de las tribus nómades del norte.
Para evitar que esta maravilla arquitectónica se siga dañando, el gobierno central chino definió una serie de reglamentos sobre la protección de la Gran Muralla en 2006, estableciendo mecanismos de financiamiento para su protección, restauración y mantenimiento, y prohibiendo las actividades comerciales en la muralla.
Sin embargo, funcionarios y expertos en patrimonio cultural señalan que las prohibiciones fueron mal aplicadas en algunas regiones remotas, donde el control gubernamental no llega.