Uno de los principales dolores de cabeza que le quedaron a Jorge Luis Pinto después del amistoso de anoche, fue el centro de la retaguardia. Al menos queda el consuelo de que solo jugó uno de los estelares para el Premundial.
Ni hablar del error que comete MIchael Umaña –el único fijo– al ganarse la tarjeta roja con todo el segundo tiempo por jugarse.
Súmele los gruesos yerros que se dieron en los dos goles del Pescadito Ruiz y encontrará dónde esta el punto más débil de la selección con miras al inicio de las eliminatorias mundialistas.
Giancarlo González –que se supone será una opción en banca– tampoco tuvo una buena nota en el juego en el Nacional. No obstante, por su capacidad de salto en los tiros de esquina y las pelotas muertas es un aporte peligroso cuando la Sele va al ataque.
Otro factor de riesgo es que Randall Azofeifa, quien debería ser el cerrojo del medio de la cancha, tampoco tuvo una buena actuación: tarde en la recuperación y no tuvo efectividad en el servicio.
Si se revisa la convocatoria y no se encuentra otro jugador capaz de destacar más en esa posición o siquiera ponerle competencia a Azofeifa en esa demarcación.
Justificación. En la conferencia posterior al partido, Pinto utilizó como excusa las ausencias de estelares en el once que colocó en la cancha pero no justificó las falencias de los jugadores que vinieron y que sí forman parte de la base titular del equipo.
Pinto dice que hay que amarrar una o dos cosas en la zaga, sin embargo parece que vio otro partido en el que la defensa falló menos.
De hecho, los dos goles de Ruiz contaron con una total complicidad de los defensores, excesivamente laxos en la marca, pues debieron presionarlo más.
El estratega colombiano acepta que al menos en el primer gol sí hubo una desatención.
“Nos desconcentramos, no armamos rápido la línea y eso nos costó”, afirmó en un tono tranquilo el seleccionador de Costa Rica.