Ryan Cleary permanecerá en la comisaría londinense donde la policía lo ha estado interrogando desde que fue detenido el lunes en su casa de Wickford, al noreste de la capital, en conexión con los ciberataques llevados a cabo en las últimas semanas por el grupo Lulz Security.
"Ha estado ayudando con las investigaciones policiales hasta ahora y está deseando seguir haciéndolo", declaró su abogado, Ben Cooper, en la comparecencia ante el juez en la que dijo que su cliente era una persona "vulnerable".
La policía formuló el miércoles cinco cargos contra Cleary, entre los que figuran ataques de denegación de servicio (DoS) contra las webs de la agencia británica contra el crimen organizado (SOCA) el lunes, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) y la Industria Fonográfica británica a finales del año pasado, todas ellas con sede en Londres.
El joven también está acusado de conspirar con otras personas para tomar el control de equipos y crear una red de ordenadores "zombis" para llevar ataques DoS destinados a colapsar páginas web.
Al anunciarle que permanecía detenido, el juez Quentin Purdy explicó al acusado que "puede haber cargos adicionales que resulten de la investigación policía, y esto dará también tiempo para aclarar precisamente de qué está usted acusado".
Lulz Security, o LulzSec, se atribuyó en las últimas semanas la autoría de ataques contra los portales de empresas y agencias gubernamentales, incluidos los de la agencia de inteligencia norteamericana (CIA), el Senado de Estados Unidos, la compañía Sony, SOCA y el gobierno y la presidencia de Brasil.
El grupo negó a través de su cuenta Twitter que Cleary formara parte de LulzSec, e indicó que sólo albergaba un chat en su servidor.