Con el diseño de un controlador de signos vitales automatizado, estudiantes del Colegio Técnico Profesional Don Bosco, en San José, se coronaron ayer como los ganadores de ExpoIngeniería 2012.
Junto a José David Somarribas, Escalante, José Pablo Soto Alvarado y José Eduardo Vargas Solís, del Colegio Don Bosco, fueron designados los proyectos “Alfa-Ctai”, del Colegio Técnico Profesional de San Carlos; “Comunicador Universal”, del Colegio Vocacional Monseñor Sanabria, de Desamparados, y “Cama Atraumática”, del Colegio Técnico Profesional Jesús Ocaña, de Alajuela.
También “Medio de cultivo”, diseñado para laboratorios, del Colegio Técnico Profesional de Piedades Sur de San Ramón. Todos van al ISEF Challenge, de Intel. Además, se premió un plan de cada categoría y hubo menciones honoríficas.
La quinta edición de la feria tuvo como sede al Colegio Técnico Profesional de Santa Ana y reunió a 130 jóvenes de todo el país. También se contó con la participación de estudiantes de Brasil y Colombia.
ExpoIngeniería es una iniciativa conjunta del Ministerio de Educación Pública (MEP), el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micit) y la empresa Intel.
Día de feria. En total, se presentaron 54 proyectos, divididos en seis categorías: biotecnología, ciencias de la computación, ingeniería y transporte, ingeniería eléctrica y electrónica, ingeniería de materiales y manejo ambiental.
“Este año se nota que hay mucha innovación en los proyectos, una mejor documentación y sistematización; los colegios vinieron de diferentes zonas y la participación del público fue masiva. De esta manera, los jóvenes no solo están explorando sus destrezas, sino que la comunidad está conociendo el talento que hay en el país”, destacó Nathalie Valencia, del Micit.
Este año, la feria estrenó categoría: la biotecnología. Uno de los proyectos en esta materia se dio a la tarea de desarrollar un medio de cultivo para laboratorios que sustituye la sustancia conocida como agar por una mezcla de gelatina sin sabor y jarabe de glucosa.
“El agar es un producto importado y el ahorro puede ser significativo para laboratorios pequeños como el del ‘cole’. Además, la idea era buscar otra alternativa que diera iguales resultados y que estuviera más a la mano”, comentó Sinaí Vásquez, del Colegio Técnico Profesional de Piedades Sur.
Otro de los proyectos de esta categoría ideó un aceite a base de huevos de hormigas que demostró ser eficaz para la depilación e inhibición del vello. “El contenido de esos huevos es zinc y magnesio; mientras uno cierra el poro, el otro inhibe la raíz del vello. Vimos que mínimo se necesitan cuatro sesiones, pero eso dependerá del organismo de la persona. Después de la aplicación se dura un año sin que nazca vello”, explicó Gabriela Alfaro del Colegio Técnico Profesional de Piedades Sur, en Santa Ana.
Para Alfaro, lo ideal es trabajar con un terrario de manera que se tengan condiciones controladas para propiciar la reproducción de las hormigas durante todo el año y así aprovechar unos 3.000 huevos. “Investigamos y nos dimos cuenta que un hormiguero sobrevive con la mitad de los huevos. La idea sería que, al llegar a los 6.000, solo sacar la mitad y así no causar un impacto”, comentó.
En uno de los pasillos cercanos, Darwin Jiménez y Daniel Sánchez, del Colegio Jesús Ocaña de Alajuela, también exponían su proyecto.Con el objetivo de tener una evaluación preliminar del escenario antes de que los bomberos ingresen a un incendio, Jiménez y Sánchez diseñaron un robot vigía que cuenta con una cámara que transmite video a un monitor.
“El robot les permitiría valorar si existe una estructura que se puede derrumbar o si hay personas desmayadas”, explicó Sánchez y Jiménez agregó: “También pensamos que se podría poner un dispositivo de comunicación que le permita a la persona atrapada decirle a los bomberos dónde se encuentra”.
Con una temática más ambiental, Paula Marchena y Melvin Chaves, del Colegio Técnico Profesional de Upala, presentaron una propuesta de biodigestor que utiliza una planta acuática conocida como lenteja de agua ( Lemna minor ), la cual se acumula en los depósitos de agua bloqueando así la entrada de luz y por tanto, afectando a otros organismos que viven allí.“El proyecto nació para darle solución a un problema. En mi casa tenemos piletas de tilapia y la planta empezó a extenderse masivamente al punto que no nos dejaba pescar”, comentó Chaves.
Una simple observación también marcó el camino del proyecto de Brandon Castro y sus compañeros del Colegio Técnico Profesional de Carrizal.A pesar de tener recipientes diferenciados para depositar los residuos, Castro vio como la gente seguía usando solo un basurero. Eso lo llevó a él y sus compañeros a diseñar un clasificador de desechos, el cual consiste en un único recipiente dotado con un sistema de sensores y abanicos que va separando el papel, el aluminio, el plástico y el metal.
La próxima edición de la feria será en un año.