21/10/11. Ivonne Nez, presentadora para canal 42. foto Adrin Arias
El rostro de Ivonne Núñez se hizo conocido gracias a un popular programa de televisión de Repretel, hace poco más de un década.
Por ese entonces, la joven rubia era propietaria de una perfumería y un día de tantos Milo Junco, entonces maquillista del canal de la Uruca, le extendió una invitación para que se acercara a realizar un ‘casting’.
Poco tiempo después el buen ojo de Milo se confirmó cuando a Ivonne la llamaron para sumarse al grupo de presentadoras de ‘A todo dar’ (ATD), aquel programa de entretenimiento, poblado de guapas modelos, que ganó miles adeptos y cientos de detractores.
Al finalizar
Las largas horas en cámaras de bronceado y bajo el sol dejaron huella. Un cáncer de piel la puso cara a cara con la muerte y su vida cambió para siempre.
Pasada la tormenta de la enfermedad y luego de sufrir un doloroso proceso de divorcio, la rubia de 33 años de edad se confiesa en franca recuperación, física, profesional y espiritual.
Siente que tiene una segunda oportunidad para hacer las cosas que antes dejó con una “X” en la lista de pendientes y disfruta como nunca los momentos que antes dejó pasar sin darles la atención.
El amor por su hija y su familia, un nuevo compañero sentimental y retomar sus estudios de Derecho llenan sus días de optimismo.
También volvió a la televisión. Recién aceptó una propuesta de entretenimiento hecha por Federico Zamora y Ricardo Bonanno para conducir, junto a Alejandro Rueda,
Con Ivonne conversamos en su casa de habitación en Alajuela.
-- De ‘A Todo Dar’, ¿cuál fue la mejor y la peor experiencia?
--Lo bueno: el cariño de la gente, la oportunidad de abrirme camino en los medios de comunicación y el calor humano que tenían muchas de las personas con las que trabajé. Lo no tan bueno: tomé decisiones incorrectas en ciertos temas y situaciones, que hoy en retrospectiva lo tomo como un proceso de madurez y de experiencia.
-- ¿Cuáles decisiones? ¿De qué situaciones habla?
--Tanta exposición pública, con todo lo que eso conlleva, como giras, presentaciones y viajes, hizo que tuviera menos tiempo para disfrutar de mi familia de lo que yo hubiera deseado. Por otra parte, debí escoger truncar mis estudios de Derecho en ese momento, y solo pude retomarlos hace tres años.
-- ¿Mucha fiesta?
--Lo normal. Lo que se da en ese medio. Evidentemente teníamos muchas limitaciones por el canal, porque teníamos que cuidar mucho la imagen. Por eso íbamos a bares, pero poco.
-- ¿Cómo ve el mundo de la farándula en retrospectiva?
--Definitivamente es un medio complicado. En cualquier momento te pueden zafar la tabla y uno tiene claro que, como en cualquier lado, la cuerda siempre se va cortar por lo más delgado. Tuve compañeras que fueron leales y respetuosas e igual compañeras que estaban esperando a que te des la vuelta para clavarte el cuchillo. Pero yo creo que eso se da en todos los ámbitos laborales. Uno tiene que empezar a saber entonces qué le conviene y qué no.
-- ¿Cometió algún error del que se arrepienta?
--No veo ningún error que deba lamentar. Salí bien parada, como decimos aquí. Eso sí, aprendí a analizar bien a las personas con las que trabajé. Ahora sé quién es quién. Antes creía que todo el mundo era bueno y sincero y que querían lo mejor para mí. Ahora sé que algunas personas no tenían ninguna buena intención conmigo.
-- ¿La gente en la calle aún la recuerda por ‘A Todo Dar’?
--Sí, aún, y es una sensación muy gratificante saber que, después de tantos años, estés en la mente de la gente que te abrió las puertas de su casa de 5 a 7 p. m.
-- ¿Qué hizo cuando el programa acabó? ¿Por qué su distanciamiento de la tele?
--Estuve en algunos proyectos de televisión y posteriormente tuve un problema de salud (se refiere el cáncer de piel) que me hizo reflexionar y darme cuenta de que había dejado de hacer cosas que también me gustaban. Al sentir que la vida es muy corta y que tenía tanto por hacer, decidí iniciar otros caminos, proyectarme metas y cumplirlas, y ya ves, todas se han ido cumpliendo.
-- A propósito de su enfermedad. ¿Cómo enfrentó un diagnóstico que en su momento no era nada alentador?
--Cuando a uno le dicen cáncer lo primero que piensa es, “me voy a morir”. Después pensé en mi familia, mi hija, y en tantas cosas que dejé sin hacer, tantas cosas que pospuse por creer que uno tiene la vida eterna y que nunca le van a pasar esas cosas.
-- ¿Cómo es su vida pasada la tormenta?
-- Retomás tu vida y decís. Ok. Dios me ha dado una segunda oportunidad. Vamos a retomar todo lo que dejamos postergado. Eso me unió muchísimo a mi familia y a mi hija y comenzás a valorar la gente que estuvo allí. Te das cuenta que la vida es tan cortita que ahora cualquier momento que estoy con mi familia se vuelve maravilloso.
-- ¿Por qué cree que el ser humano suele reaccionar solo cuando llega a situaciones extremas, y no antes?
-- (Sonríe). Esa es la mejor pregunta que me han hecho. Porque el ser humano cree que a uno nunca le va a pasar. Les pasa a los demás se cree que está en una bolita de cristal y que es intocable. Nos creemos omnipotentes, omnipresentes. Hoy sé que nunca hay que olvidarse de Dios, somos susceptibles a cometer errores, pero tenemos que pedir perdón y seguir adelante con la ayuda de Él.
-- ¿Hace cuánto se divorció?
-- Hace ya como dos años.
-- ¿La afectó mucho?
--Sí claro, como siempre lo he dicho, cuando me casé, me casé enamorada y lo hice pensando en que iba a ser para toda la vida. Fue muy duro, sufrí mucho, pero ya es una etapa superada.
-- ¿Y a qué obedeció la ruptura?
-- A la pérdida de respeto en la relación. No me arrepiento de mi decisión.
-- ¿Una infidelidad?
-- De mi parte no, nunca hubo infidelidad.
-- ¿Y de él?
--No sé, ese no fue el motivo por el que nos separamos.
-- ¿Cuál fue?
-- Es algo de lo que no quisiera hablar. No quisiera ensuciar más un recuerdo que no quiero traer a mi vida otra vez.
-- ¿Tardó mucho en llegar el amor otra vez?
-- El amor siempre lo he tenido. Nunca se ha ido porque mi hija, mi familia y amigos me lo demuestran todos los días, en las buenas y en las no tan buenas.
-- ¿Cómo se siente ahora en el aspecto sentimental?
-- Me siento muy agradecida con Dios y con la vida por haber encontrado un hombre bueno, respetuoso, cariñoso, inteligente, buen hijo, buen hermano, buen tío, excelente amigo y compañero, inteligente y muy trabajador. Que sé que me quiere y quiere mucho a mi hija. Con el que tengo mucho de que hablar y compartir siempre.
-- ¿Se casaría de nuevo? ¿más hijos?
-- No lo sé.... Creo que eso solo el tiempo lo dirá, por ahora disfruto a plenitud de todos los momentos.
-- A usted el Papa Juan Pablo II la alzó durante su visita al país en 1983 siendo usted apenas una niña. ¿Qué recuerdo tiene de ese momento?
-- A pesar de que solo tenía cinco años ese momento lo tengo muy grabado. Fue en el Estadio Nacional. Le entregué un campesino tallado en madera y le dije que todos los niños del mundo lo queríamos mucho. A esa edad uno no tiene noción de lo importante que eso era para mi vida, pero a través del tiempo uno valora más esa oportunidad de haber estado en los brazos de una persona tan especial.
-- ¿Qué tal se le da la cocina?
-- Me gusta mucho cocinar, más para los demás que para mí, eso es algo que en mi familia vemos como una muestra muy grande de cariño, el que alguien llegue a tu casa y ofrecerle comidita.
-- ¿Cómo es la relación con su hija?
-- Tamara (tiene 14 años) es un niña maravillosa: es mi mejor amiga, es muy inteligente y valiente, es respetuosa, cariñosa, muy alegre, le encanta la música y tiene una personalidad irresistible. Nos llevamos muy, pero muy bien. Ella, en mi vida, ha sido el motor para salir adelante y eso no tengo como agradecérselo. Es mi mano derecha. Sabemos como comunicarnos y hablamos de todo, realmente siempre he pensado que en mi vida tuve que haber hecho algo muy, muy, muy bueno para tener una hija como la que tengo.
-- Usted tuvo a Tamara muy joven. ¿Qué tal la relación del papá (Mauricio Alvarado de VM Latino) con usted y su hija?
-- Nos llevamos muy bien, y él también se lleva bien con Tamara. Yo tenía 18 años y los dos éramos bastante inmaduros. La verdad es que el susto nos invadió los dos, pero gracias a Dios, él ha sabido ganarse el corazón de ella y Tamara lo quiere y lo respeta mucho.
-- De su familia ¿con quiénes se relaciona más? ¿Quiénes han sido su gran influencia?
-- Somos una familia muy unida. El problema o la alegría de uno es la de todos, nos valoramos y respetamos como personas independientes y a la vez escuchamos y atendemos los consejos que tenemos los unos para con los otros.
-- ¿Cómo se ha sentido en estos primeros días de vuelta a la televisión?
-- Son días de acomodamiento. Estamos dándole un perfil al programa, trabajando en el tipo de televidentes a quienes queremos llegarle, en fin, todo lo que conlleva el inicio de un programa..
-- ¿Qué espera de esta nueva experiencia?
-- Sé que voy a disfrutar, aprender y poner todo mi empeño. Como te lo mencioné anteriormente, trato de que cada momento de mi vida sea un momento inolvidable. Espero que a la gente le guste, disfrute, participe y gane.
-- Cuando aceptó trabajar con Alejandro Rueda, usted sabía que él, por su carácter, en el pasado ha tenido problemas con la gente que trabaja. ¿Tomó eso en cuenta, o no le pareció que era algo de qué preocuparse?
-- En la carrera que estoy llevando (estudia leyes) nos enseñan a no prejuzgar. Siempre hay dos caras de la moneda. A mí me pueden decir que una persona es de ‘equis’ forma, pero yo no emito criterio hasta no conocerla. Alejandro es una institución en la televisión con muchísimos años de experiencia y los problemas que haya tenido no han sido conmigo. En la medida que ambos nos respetemos vamos sobre la marcha independientemente del carácter de cada uno. Ahora que lo conozco creo que es un profesional, que tiene su carácter como todos, y le gusta hacer las cosas bien. Además, ambos somos conductores del espacio de manera que no es exclusivo de ninguno de los dos. Eso lo tenemos muy claro.
-- Usted dijo que la televisión la había hecho postergar cosas que eran muy importantes para usted. ¿No teme que eso vuelva a suceder, máxime con un horario tan difícil?
-- La gran diferencia es que ahora no hay giras, ni viajes. Tengo tiempo suficiente para mi hija, para mi familia y para dedicarme a mi estudio.
-- ¿Tenía por ahí el gusanillo de la TV?
-- Realmente no estaba dentro de mis planes volver a la televisión aunque me encanta la tele. A Federico Zamora yo lo quiero y lo respeto mucho y cuando me lo ofreció simplemente no pude negarme. Sé que ellos trabajan responsablemente y me van a cuidar. Creo que en la vida uno tiene que saber escoger y no dejar pasar oportunidades. Además, me pareció que es un programa divertido y diferente y por eso dije que sí.