El lenguaje de la danza y del cine se conjugan en el videodanza
Este trabajo audiovisual de 80 minutos, se estrena hoy, en el cine Magaly. La iniciativa de los directores audivisuales Adrián Cordero y Roberto Peralta se realiza a partir de tres coreografías del experimentado Rogelio López.
El videodanza es una propuesta visual, donde propone una visión única acerca de un trabajo coreográfico. Va más allá de simplemente grabar íntegro en video un espectáculo de danza, eso sería un registro, así lo explica Rodrigo Alonso, profesor argentino con especialidad en nuevos medios y arte contemporáneo.
Cada coreografía tiene su propia exploración temática, propuestas que hablan de los miedos y los mecanismos de control de las sociedades, las relaciones humanas y de pareja y la eterna reflexión acerca de la vida y la muerte.
El videodanza, además, permitirá ver desde otra óptica, el trabajo de los solistas, los dúos y los momentos grupales. La forma de lograrlo fue usar las herramientas del lenguaje audiovisual como acercamientos, encuadres específicos y planos generales.
La libertad para decidir qué tomar de cada coreografía de Rogelio López fue clara. Sin embargo, ellos acudieron en diversos momentos a él para buscar ayuda.
“Nosotros siempre tratamos de vincularlo (a Rogelio López), él estuvo en todo, nos sugirió algunos detalles técnicos de la danza, cosas muy finas e importantes”, aseguró Cordero.
Ahora que el esfuerzo está listo para su debut en sociedad, los creadores esperan que este contribuya a legitimar un género audiovisual que a lo largo del tiempo ha sido menospreciado.
Durante las proyecciones de
Luego de esta temporada, los directores trabajarán para realizar una gira por el país, para llevar el trabajo a muchas comunidades. También buscarán postularla en varios festivales de videodanza.
Este trabajo comenzó a gestarse en el 2007, cuando el propio López le propuso a Cordero hacer un proyecto que combinara las habilidades de cada uno.
Desde entonces comenzaron los preparativos, luego llegó la ayuda económica del Fondo Iberoamericano de Apoyo a las Artes Escénicas (Iberescena) y finalmente, este año, la idea se concretó.
Antes de su debut nacional
Los realizadores reconocen que fue una propuesta riesgosa, pero decidieron seguir adelante, por el potencial visual que descubrieron en las coreografías.