Integridad y compromiso

Una buena dimensión de la democracia moderna: procesar a quienes no cumplen la integridad

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La justicia francesa ha condenado al expresidente Jacques Chirac por corrupción, porque “no cumplió la obligación de integridad”. Es decir, la de ser honrado, recto y probo; por no haber gobernado con entereza y cabalidad. Todo referido a cuestiones de dinero: dio destino ilegal a fondos públicos, abusando del poder.








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