Durante su larga estancia mexicana, Luis Buñuel escribió un ensayo en el que hacía una defensa del cine como instrumento de la poesía, y del misterio como elemento esencial de toda obra de arte. En esas líneas memorables y fervorosas, Buñuel denunció “el vacío intelectual que prospera en las salas de cine” y reclamó “la apertura al mundo maravilloso del subconsciente” para el llamado séptimo arte.
Las ideas defendidas por el director aragonés parecen tener continuidad en el largometraje
La ópera prima de Paz combate la comodidad del espectador con una historia de oscuros paralelismos, gestada a partir del encuentro breve entre dos mujeres y de sus angustiosas consecuencias.
Sobre estas y otras divagaciones cinéfilas, hemos conversado con la directora.
–En el 2007 participé en el
”La niña se encontraba con una pareja, les contaba que había sufrido abuso sexual y después desaparecía. En ese momento no me gustaba mucho el recurso de mostrar a la niña pequeña y luego más grande, y sentía que el guión no iba para ninguna parte, a pesar de estar concluido.
”Poco después, durante el primer festival al que fue invitado mi cortometraje
–Sí, así es: la película muestra dos etapas de la vida de una persona y habla de algo que va más allá de Mariana o de Karina.
”Lo que me interesaba en esta película era botar la historia convencional en beneficio de una sensación que he tenido al vivir en este país; una sensación de que todo está muy bien, pero que existe a la vez una tensión, que viene de un lugar desconocido. Creo que esto lo sienten las dos chicas de la historia: están desconectadas, se sienten fuera de lugar y viven en una tensión constante.
”Siento que
–Hay una película que me inspiró mucho en ese sentido:
”Algunas veces intento expresar cosas que no se pueden traducir en palabras. En el fondo, lo que más me interesa es transmitir un tipo de sentimiento muy personal. Esto me ha ocurrido con algunas películas, que me permiten experimentar una sensación que ya había percibido antes, aunque yo creía que nadie más la había sentido de la misma manera.
”Existen emociones que uno no puede expresar, y tampoco puede ver en los demás, que lo hacen sentirse profundamente aislado. El arte nos ofrece la posibilidad de compartir, de formas misteriosas, esas emociones”.
–Lynch es definitivamente uno de ellos. Su película
”Una película que transmite esto vale la pena, aunque sea más difícil de comprender para el espectador. Si a
”Otro cineasta con quien me identifico mucho es Michelangello Antonioni, especialmente por algunos de sus temas, como la incomunicación o el sentimiento de no pertenencia. Algunas personas me han comentado que
”Para mí fue muy revelador el uso del color y de las texturas que hace Lucrecia Martel. Siento que sus películas tienen una suavidad que le permiten al espectador entrar en ellas”.
–Nunca lo había pensado, pero sí: las dos historias ocurren en un mismo momento de transición en el que los personajes están perdidos y se preguntan que son, qué quieren hacer y hacia donde van. La chica de
”En ambos casos se trata de momentos que conducen a una desilusión y prometen más de lo que cumplen. Esa expectativa exagerada, que le concedemos a ciertos momentos de nuestra vida, es algo en lo que pienso con frecuencia”.
–La experiencia de haber visto las reacciones de gente de culturas tan diferentes ha sido muy importante para mí. Uno podría suponer que es muy difícil que alguien que no es de este país entienda la película, y, si embargo, parece que en ella hay elementos que son comunes a otros lugares y otras vidas. Por eso ha sido tan importante proyectar la película fuera de Costa Rica.
”Los festivales son espacios muy estimulantes: las otras personas y las conversaciones hacen que uno se sienta parte de algo. En esas ocasiones todo esto tiene sentido. Eso es lo que uno necesita para seguir adelante”.