NUEVA DELHI (AFP) India excluyó el jueves una acción militar contra Pakistán -que arrestó a nuevos sospechosos- pero lo calificó de "epicentro del terrorismo islamista" tras los recientes ataques en Bombay, por los que Nueva Delhi exige a Islamabad la extradición de 40 personas.
Tras tres guerras en 61 años entre ambos vecinos rivales, y que además son potencias nucleares, un nuevo conflicto "no es la solución", dijo el ministro indio de Relaciones Exteriores, Pranab Mujerjee.
Las palabras de Mujerjee fueron su respuesta a un parlamentario que solicitó atacar a Pakistán en represalia por la matanza de Bombay (172 muertos, entre ellos nueve asaltantes).
"Hay que despertar a la comunidad internacional para que se ocupe del terrorismo, cuyo epicentro está situado en Pakistán", declaró por su parte el primer ministro indio, Manmohan Singh, también ante el Parlamento.
Sin embargo, el jefe del gobierno "tomó buena nota de las medidas ya anunciadas por Pakistán" pero le reclamó "muchas más".
Mientras tanto, Islamabad anunciaba que ocho líderes de la organización caritativa Jamaat-ud-Dawa, considerada como la cara pública del grupo islamista armado Lashkar-e-Taïba (LeT), prohibido en 2002, iban a ser puestos bajo vigilancia domiciliaria y que todas las oficinas de la Jamaat en el país iban a ser cerradas.
Entre los ocho sometidos a la medida están el fundador y líder histórico del Lashkar, Hafiz Saeed, que creó la Jamaat al día siguiente de la prohibición del LeT, movimiento al que India acusa de haber organizado y perpetrado los ataques de Bombay.
El anuncio paquistaní se produjo al día siguiente de la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de poner al LeT, la Jamaat-ud-Dawa y a cuatro individuos, entre ellos Hafiz Saeed, en la lista de personas o entidades que apoyan el terrorismo.
"Dimos a Pakistán una lista de 40 personas" acusadas de haber "tomado parte en acciones terroristas" y de haber "encontrado refugio" en Pakistán, precisó Mujerjee.
En esa lista figura Dawood Ibrahim, un jefe mafioso indio buscado por otros atentados perpetrados en Bombay el 12 de marzo de 1993 (257 muertos) y el Maulana (equivalente de obispo) Masood Azhar, sacado de una prisión india a cambio de la liberación de los pasajeros de un avión indio secuestrado en Afganistán en 1999.
"Arréstenlos y nos los entregan", subrayó el ministro dirigiéndose a Pakistán.
Pero India aún no suministró oficialmente pruebas a Islamabad de la implicación de paquistaníes en los sucesos de Bombay, respondió por su parte el ministerio del Interior paquistaní.
Pakistán, en todo caso, ya arrestó el pasado fin de semana a 16 sospechosos miembros o allegados del LeT. Entre ellos se encuentran dos de sus dirigentes, Zaki-ur-Rehman Lakhvi y Zarar Shah, designados por Nueva Delhi como los "cerebros" de los ataques de Bombay.
Sus identidades fueron suministradas a los indios por el único superviviente del comando de asaltantes, capturado al principio de los ataques.
Ese asaltante, que es paquistaní según Nueva Delhi, fue puesto "en detención provisional hasta el 24 de diciembre", anunció la policía.
El ministro indio del Interior, Palaniappan Chidambaram, también informó sobre una serie de medidas antiterroristas, como una ley contra el blanqueo de dinero y la creación de 20 centros de entrenamiento de comandos de las fuerzas especiales.
La prensa india, sin embargo, criticó duramente los errores de los servicios de contraterrorismo de la décima potencia mundial, así como las carencias de las fuerzas de seguridad, que necesitaron 60 horas para acabar con los diez hombres que asaltaron Bombay, una ciudad de 18 millones de habitantes.
© 2008 AFP