Viajé a China durante dos semanas, como parte de una delegación de la Universidad Nacional que tenía como objetivo firmar convenios y establecer contactos con universidades de ese país. El viaje me permitió tener una primera aproximación a ese gran país y su cultura. Había leído de previo varios libros, entre ellos el de Patricia Rodríguez, El sistema político chino, editado por la UCR, y revisado datos estadísticos sobre ese país.
Como el producto por habitante de China es inferior al de Costa Rica, esperaba encontrar, a pesar de los avances realizados, bolsones importantes de pobreza. Sin embargo en nuestro recorridos por las provincias de Shanghái, An Hui, Sichuan y Beijín, en tren y bus no vi la pobreza que me imaginaba. Es posible que esto exista en otros lados, pero lo que vi fue progreso y un optimismo mesurado que se siente en el ambiente. Las ciudades llenas de grúas con anillos de circunvalación y un eficiente servicio de transporte público y una magnífica red de supercarreteras comunicando las ciudades.
Llama la atención que la obesidad no sea un problema de salud como en nuestro país, una alimentación donde predominan las verduras y proteínas de una tradición cultural que se encarga de “mantener la línea” de los habitantes.
Cultura y educación. La cultura parece estar asentada en el respeto a la educación y superación personal-familiar. Familia, grupo e individuo están al parecer estrechamente relacionados y el trabajo en equipo expresa en lo cotidiano una mentalidad menos individualista que la nuestra. Las universidades públicas aglutinan grandes inversiones en instalaciones y equipo moderno.
Cada universidad de las visitadas tenía residencias para todos los estudiantes y apartamentos para los profesores. Los estudiantes y sus familias contribuyen sin embargo a sufragar sus gastos de alimentación y estudio y lo hacen con gran dedicación. Para una familia china, su proyecto de vida es la formación de su hijo. Es por eso, según me contaba un profesor en Pekín, que actualmente hay 30 millones de niños estudiando piano. Le pregunté si era una política estatal y me dijo que no, que era la demanda de los padres la que mantenía esta destacamento activo. ¿Se imaginan lo que será el mundo del piano y en otros espacios artísticos y técnicos dentro de 20 años de mantenerse esta tendencia?
En cuanto a la cultura de servicio al cliente, aunque desigual, llama la atención que en ese país el servicio en general es bueno aunque no se cobran propinas. Es más, si se ofrecen a los meseros pueden ser resultar ser incluso ofensivas.
Perspectivas y reflexiones. Es muy posible que pronto se apruebe en la UNA la puesta en marcha de una carrera a nivel de licenciatura en mandarín y cultura china; y que se den intercambios importantes en el campo de la medicina tradicional y en otros campos de la ciencia y el arte. Pienso que esta cooperación es indispensable de cara al futuro para actualizar nuestra educación superior y abrir nuevas oportunidades a los jóvenes valores que vivirán un nuevo siglo marcado por el Asia.
Pienso que los viajes de ticos a China y la venida de turistas chinos a Costa Rica, a los que hay que eliminar trámites innecesarios que impiden su venida, para obtener nuestra visa, nos pueden ayudar a revisar y ajustar muchos de nuestros valores y actitudes negativas. Podemos empezar preguntándonos ¿cómo es que, teniendo un país de mayor ingreso per cápita y de riquezas naturales inconmensurables como el nuestro, estamos perdiendo cada vez más posiciones en relación con países antes rezagados?