La Iglesia Católica de Costa Rica creó una red de sociedades anónimas y compañías
Así lo declararon ante las autoridades financieras, el contador de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor), Édgar Rodríguez Mesén, y el exdirector de Servicios Pastorales, sacerdote Guillermo Godínez Zúñiga.
El contador Rodríguez, quien labora para la Cecor desde 1998, y el sacerdote Godínez efectuaron esas declaraciones ante funcionarios de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
La Sugef obtuvo los testimonios de Mesén y Godínez en el 2008 como parte de la investigación por la presunta operación de captación financiera al margen de la ley que funcionaba en las oficinas de Servicios Pastorales de la Iglesia Católica de Costa Rica.
En su declaración a la Sugef, Rodríguez dijo que, aunque su nombre aparecía en juntas directivas de sociedades anónimas como Operaciones SP y empresas
Alega que prestó su nombre a pedido del anterior administrador de Servicios Pastorales, Jorge Torres Fuentes, quien falleció en junio del 2007.
“Jorge Torres me habló de que iban a constituir esas sociedades anónimas para incluir en esas sociedades bienes de la Iglesia y el fin era tratar de evitar que la gente conociera de la existencia de esos bienes”, relató el contador.
Godínez aseguró a la Sugef que la Iglesia había evitado llevar una contabilidad estricta de las sumas de dinero que se manejaban en sus cuentas.
“La contabilidad era un registro de entradas y salidas, no es una contabilidad estricta porque monseñor (Román) Arrieta –fallecido en el 2005– se oponía a llevar una contabilidad en forma por miedo a que la información saliera a la luz pública y se conociera cuánto dinero manejaba la Iglesia”, expresó Godínez.
El presidente de la Cecor, monseñor Hugo Barrantes, señaló a través de su vocero que no daría comentarios sobre el tema.
Sarita Trading, poseía para el 2006 inversiones por $60 millones manejadas por un operador bursátil llamado Servicios Bursátiles Internacionales (SBI), representado en Costa Rica por Grupo Empresarial Sama S. A.
Las utilidades que generan las
Rodríguez admitió ante la Sugef que él no era dueño de esa firma sino que “prestó” su nombre para fundarla y aseguró que la empresa era, en realidad, de la Iglesia.
“Me hablaron de que la Iglesia para operar en Panamá con Sama necesitaba esa sociedad, así que yo presté mi nombre para fundarla”.
Agregó que, tiempo después, firmó unos papeles con Godínez para desvincularse de la firma.
El contador alegó desconocer a qué persona o empresa se transfirieron las acciones de Sarita Trading y cuál fue el destinos del portafolio de $60 millones que tenía.
Según Rodríguez, al firmar la cesión de las acciones de Sarita Trading preguntó a Godínez a quién se las estaba cediendo y éste le respondió que él tampoco sabía.
Godínez respondió la semana pasada a