La peor pesadilla de la niña Pochita está haciendo de las suyas en Internet: se llevó consigo las reglas de las mayúsculas, destrozó las tildes y, con arbitrariedad, violentó el correcto deletreo de las palabras. En resumen, la amenaza parece estar mancillando sin misericordia al idioma español.
¿Es acaso esto contagioso? Hay quienes así lo creen y por eso insisten en hacer un llamado de alerta en la misma trinchera donde se mueven sus archirrivales: la web.
Los “modificadores” del castellano en medios virtuales se han ganado un paródico mote a raíz de su relación con la lengua. Conozca así a los HOYGAN, llamados de esta forma en los corrillos virtuales. La mayúscula en la digitación del vocablo es intencional, pues ellos suelen escribirlo todo en letras altas, lo cual –en Internet– es sinónimo de grito o de grosera gesticulación.
Hay escasa información científica sobre este tipo de usuarios, lo que dificulta entender las razones que motivan sus “mañas” y datos demográficos.
En la red, no obstante, el término es popular y está estandarizado. Su nacimiento se dio en España, a raíz de comentarios como “HOYGAN, NESESITO HAYUDA PARA KITAR UN BIRUS” (“Oigan, necesito ayuda para quitar un virus”) y manifestaciones similares.
Vale señalar que en la oración transcrita no hay exageración alguna; es un ejemplo real... alármese, entonces, si así lo desea.
Entre las características más comunes de este grupo de cibernautas están la total ausencia de signos de puntuación en cualquier expresión, la inversión de letras, la omisión de minúsculas y la mala ortografía (con deliberada intención o por simple ignorancia).
En foros,
La aversión generada por su presencia en la web se ha manifestado inclusive en el surgimiento de un movimiento opositor: el del “talibán ortográfico” (apodo paródico que no posee acepción política ni religiosa). En realidad se trata de una especie de sublevación.
La tropa de estrictos guardianes del idioma se completa con los “talibanes semánticos, sintácticos y léxicos”. Mientras los HOYGAN escriben con ortografía antojadiza, sus detractores les responden con un mensaje lleno de correcciones.
¿De dónde vienen estas criaturas, casi míticas, que se manifiestan desde los teclados? Los españoles señalan a los latinoamericanos como los responsables, y apuntan hacia el hecho de que los primeros usan el “ustedes” y no el “vosotros”.
Más aún, en algunos foros mencionan directamente a América Central como la cuna donde nació este ‘código’. A los ibéricos con la misma tendencia de los HOYGANS se les llama BENGATIO (por la expresión española “venga tío”). ¿Qué diría Cervantes de ellos?
El asunto es que las divergencias por el tratamiento del español en las redes sociales y los medios web genera discusión, preocupación y hasta incertidumbre en múltiples círculos.
Mario Tascón, de nacionalidad colombiana, es maestro de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y director del
¿Y a qué se puede atribuir tal descuido por la ortografía? Tascón cita como motivos el hecho de que “muchos casos están dentro de los esquemas contestatarios juveniles, que utilizan las grafías para demostrar su rebeldía. Por ejemplo, el uso de ‘k’ en sustitución de la palabra ‘que’ está en la línea de rebeldía que muestra el nombre del movimiento ‘Okupa’. Es típico de colectivos jóvenes. Twitter (un sitio web de
Hay quienes rechazan la idea de que son los jóvenes los únicos responsables por los cambios libres del español en las redes.
De acuerdo con Diego Delfino, director de www.89decibeles.com, revista digital de arte, música y cultura alternativa– , “para los adultos es lo más normal decir que los chiquillos solo se hablan así ahora. Pero todo tiene límites.
“Es cierto que el idioma evoluciona y se adapta pero... de ahí a pasar a la pereza mental y la destrucción del idioma bajo la excusa de que ‘así nos comunicamos nosotros’, parece haber muchísima distancia”, razona.
Economizar espacio puede ser una necesidad en diversos ámbitos sin que haya crisis financiera de por medio. Los mensajes por celular son un vivo ejemplo de esta práctica; en ellos, las “k” son la letra recurrente para sustituir las “q” y hasta “c” mientras que las “x” equivalen a “por” y, a menudo, se omiten las vocales.
Fernando Durán Ayanegui, miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, sostiene que la anterior justificación no puede aplicarse para un medio donde no hay limitaciones de espacio, como lo es Internet.
“En mensajes telefónicos (SMS) lo perdono, porque es una forma de abreviación parecida a la de las taquígrafas. Eso hasta yo lo he hecho; sin embargo, hay otras abreviaturas que pervierten el idioma; la gente quiere ahorrar un tiempo que es irrisorio”, asegura.
“Un joven que sustituya la palabra ‘más’ por el símbolo de suma (+) no está haciendo algo grave, pero que ponga ‘carne’ con ‘k’, eso no puede ser”.
De criterio similar es el linguista de la Universidad Nacional (UNA) Juan Diego Quesada: “El problema es que esta economía funcional no está jugando el papel que debería, sino que está sirviendo para alcahuetear a quienes no tienen buena ortografía.Yo, cuando escribo mis recaditos, me hago de la vista gorda con las tildes y así; pero tengo conciencia y manejo los dos códigos, el problema es cuando el código económico funcional irrumpe en el código escrito, y viola así una convención”, asegura.
Otras características del HOYGAN son que no agradece “de antemano”, sino de “ANTEBRASO”, porque, aparte de problemas ortográficos, usa inadecuadamente muchas expresiones (cambiándoles el significado). Tampoco pide “por favor”, lo hace con un “PLIS”. Neologismos como estos le han provocado intensos dolores de cabeza a administradores y directores de sitios virtuales.
Quizá para ellos, para que se ahorren las aspirinas y las terapias con acupuntura, el sitio español www.nopuedocreer.com, inventó un método a prueba de violaciones al idioma.
Cuando un usuario digita expresiones como “wenas”, “kiero”, “grasias”, “ke”, “pq”, “wapo”, o “fabor”, le aparecerá automáticamente una ventana con la frase: “Revise su mensaje e intente de nuevo por favor; si el problema persiste puede solucionarlo accediendo a www.rae.es (dirección electrónica de la Real Academia Española). El sistema, además, impide que el usuario deje comentarios si persiste con el irrespeto a las reglas.
Aunque el término HOYGAN no es utilizado en Costa Rica con tanta frecuencia, sí existen foros y grupos regidos por instrucciones inapelables para velar por el buen español. Es el caso del foro de 89decibeles, en cuyo reglamento se especifica: “No utilice escritura tipo
Diego Delfino afirma que la misma comunidad se encarga de vetar a quienes irrespeten el idioma: “El usuario que ignora la etiqueta y la sana ortografía rápidamente se encuentra moderado y aislado. El sitio se ha consolidado como un espacio donde no se toman a bien las masacres al idioma, particularmente la tendencia a escribir todo en mayúscula”. Cuando esto pasa, los moderadores del foro intervienen para corregir al usuario.
Si bien el tema de la modificación del español se ha tocado en la Academia Costarricense de la Lengua, Durán Ayanegui asegura que “solo lo lamentamos pero nunca lo hemos discutido a fondo. Creo que no hay nada que hacer al respecto. Me preocupa algo que es inevitable, porque el espíritu humano se acoge a la facilidad y a la brevedad”.
Por su parte, Mario Tascón afirma que “lo más importante para intentar reducir tal modificación es lo que atañe a ‘la poca cultura’, contra la que hay que luchar, y no solo en la red”.
José Medrano, fundador de la plataforma de
La preocupación de quienes vetan este fenómeno aumenta por el hecho de que esta tendencia podría tener implicaciones más allá del lenguaje cibernético. “Cada quien lo podrá ver como quiera. Para nosotros, sí es un problema y no queremos pasarlo por alto; por eso tomamos medidas. Cuando nos comunicamos, queremos transmitir un mensaje... ¿porqué querríamos arruinar el código? El objetivo es que nos entiendan, la claridad debe ser siempre la prioridad”, explica Delfino.
Para la elaboración de este artículo, contactamos a varios seguidores en Facebook de
“Escribo asi solo para Internet o en (
Además, aseveró que cuida su ortografía en las asignaciones porque en la universidad son estrictos con eso y debe leer constantemente en todos los cursos.
Angile Morales, de 29 años, respondió por la misma vía que escribe así “Xq s más rápido para scribir! en intrnt y en el cel.! se q sta mal pero cm le dije s más fácil scribir así! sip claro! puede publikr mi nombre y así m llamo yop! a bueno”. (
En Ticoblogger, según José Medrano, “hay usuarios que escriben de este modo no por ignorancia sino por ‘estilo’. Es casi una forma de decirle al planeta que en este mundo virtual la ortografía no importa, y que son ellos quienes ponen sus reglas”.
Durán Ayanegui opina así: “Yo no recomendaría el uso de abreviaturas que puedan conducir a errores ortográficos y gramaticales porque es posible que se cometan luego en comunicaciones en medios serios”.
En la revista digital española www.soytu.es, un guardián del idioma se confiesa débil ante la lucha contra el oscurantismo idiomático. Su reacción se resume en la publicación titulada “Confesiones de un talibán ortográfico”, en la que asegura: “a veces (somos) irónicos, a veces condescendientes, a veces pedagógicos, casi siempre antipáticos, enviamos el comentario (con correcciones) y, momentáneamente satisfechos, partimos raudos y veloces en pos de otra víctima”.
Al final del texto, sin embargo, el “talibán virtual” abandona su batalla y se arrodilla frente a su antiguo archirrival: el HOYGAN. “Solo me queda pedir disculpas a todos aquellos a quienes haya podido ofender con mis descorteses reprimendas. ¡Viva el fondo, abajo la forma! Lo importante es el significado, lo he comprendido. ¡Estamos en una democracia! ¡Que cada uno escriba como le plazca!”.
La conclusión a la que llegó este “fundamentalista ortográfico” tras su proceso de “conversión” probablemente no representa el sentir de otros cibernautas... Muchos siguen en pie de guerra y se niegan a colocarle un punto final a la lucha contra el irrespeto al español.