Meses atrás en el artículo “Gobierno y redes sociales” mencionaba que “con las redes sociales, el Gobierno puede construir una comunicación interactiva bidireccional, aprovechando la sociedad digital existente en donde los diferentes actores sociales expongan sus peticiones, reclamos e incluso críticas...”.
Sin embargo, pienso que el Gobierno sigue teniendo un uso débil de este medio, con falencias importantes que están abriendo un flanco que ciertamente se está convirtiendo en el frente –a veces ignorado– de manifestación de los costarricenses, quienes sí están estableciendo redes efectivas de comunicación.
Mencionó tres hechos que podrían sustentar esta hipótesis. Primero: a partir de las supuestas faltas de un ministro; el pueblo –no el Gobierno– ejerció una fuerte presión por medio de Facebook y Twitter, que creo influyo, en su separación de cargo.
Por otro lado, el ministro de Justicia, haciendo un uso efectivo de las redes sociales, anunció con elegancia su retiro. Finalmente, ha sido evidente el repudio en redes sociales a la posición cerrada de un diputado que está en contra del proyecto de sociedades de convivencia.
En Costa Rica, hemos superado el 100% de penetración celular, el número de conexiones a Internet ha sido creciente, el uso de correo electrónico ha cedido espacio a la comunicación por redes sociales, los teléfonos inteligentes se vuelven de uso común, cada vez existe mayor acceso a medios electrónicos en las empresas e instituciones públicas; en fin, ahora tenemos la oportunidad de estar conectados y opinar en todo momento, en cualquier lugar y con una audiencia potencial bastante estimable.
De tal modo valdría la pena que el Gobierno muestre señales claras de que entiende este nuevo canal masivo de comunicación y que para ello resultaría significativo que se estructurara una estrategia que al menos considere:
•Conceptualizar la presencia en redes sociales con la misma importancia que se supone se maneja la comunicación persona a persona.
•Establecer criterios para adaptar los contenidos publicados en las redes sociales teniendo presente los diferentes públicos meta que se tienen como seguidores.
•Mejorar la calidad de los contenidos de las publicaciones.
•Tener presente que borrar a alguien como seguidor de una red social, da el mismo efecto que taparle la boca y potencia el efecto de la crítica.
•Escuchar lo que dice el pueblo y contestar asertivamente –con hechos– lo manifestado mediante redes sociales.
Sin duda, las redes sociales han venido a jugar un papel primordial en la transformación de la comunicación política, pues han sido bastiones para reformas alrededor del mundo, con alcances inimaginables en otros tiempos. De ahí que quienes estén inmersos dentro del servicio público deben saber utilizarlas, o bien serán ellas mismas quienes sirvan de medio para expresar y construir lo que no quiere ser atendido.