Con más de 10 años de experiencia en convertir los autos de gasolina a gas, la firma GasAuto Z, ubicada en La Uruca, San José, iniciará en los próximos meses un nuevo negocio brindando el servicio para vehículos de diésel.
Dicha estrategia comercial la realizará al firmar una alianza con el representante de la compañía estadounidense American Diesel Systems, Ronald Jacoby, que vende equipos para poder implementar este nuevo sistema en el país.
Se utilizan cilindrajes más pequeños y una minicomputadora que se encarga de todo el abastecimiento del vehículo.
La fórmula que se pondrá a los autos de diésel es una mezcla de gas propano en un 30% y diésel en un 70%.
Fernando Navarro Mata, gerente general de GasAuto Z, destacó que dicha mezcla es ideal para los vehículos que recorren un largo kilometraje, como los camiones, furgones, buses o taxis.
“Por ejemplo, un transportista reduciría su factura por combustibles un 15%, pero mucho dependerá del consumo que haga”, dijo.
Navarro agregó que el país está en “pañales” para reducir el consumo de gasolina y de diésel, y que dicha fórmula “podría venir a complementar los esfuerzos que el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) está haciendo en reducción de la huella de carbono”.
Estos equipos también son adaptables al gas natural, que emite menos CO2 que el propano, y su utilización es más eficaz y limpia.
Jacoby señaló que no solo firmó la alianza con AutoGas , sino también con Romano Auto Gas, ubicado en San Francisco de Dos Ríos, San José.
“La mezcla de combustibles es 100% limpia y más eficiente por kilómetro recorrido”, afirmó.
Agregó que la compañía American Diesel Systems, con 10 años de operar en Chicago, escogió “Costa Rica por su estabilidad económica”.
El costo de la fórmula diesel- gas es más barato porque el litro de diésel cuesta ¢650 y el gas ¢310.
La nueva tecnología ya se utiliza en Estados Unidos, Canadá, República Dominicana y Puerto Rico.
Cambiar un motor de un vehículo pesado, según Jacoby, cuesta, en promedio, $5.000.
La Refinadora Costarricense del Petróleo (Recope) analiza la posiblidad de vender gas propano, pero por su alta volatilidad se importaría licuado.
Dicho combustible produce un 30% menos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que los derivados del petróleo.