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La estirpe de Prometeo

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El holandés Antonij van Leeuwenhoek tenía uno de esos apellidos arduos y duraderos que –como alguien dijo– son tan heracliteanos que uno no puede escribirlos dos veces de la misma forma. Los escolares nunca lo confiesan, pero su terror secreto es que tales apellidos entren en los dictados.








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