Albino Chacón llegó por primera vez a China en 1976, año de la muerte de Mao Zedong; en esa oportunidad permaneció allí por espacio de dos años, hasta 1978. Entre setiembre del 2009 y finales del 2010, estuvo nuevamente en dicho país, como profesor en la Universidad de Estudios Internacionales de Pekín. En el ínterin visitó dos veces Taiwán como conferencista invitado.
Tales experiencias, con más de treinta años de intervalo entre la primera y la última, permiten a Albino Chacón ilustrarnos con plena autoridad acerca de los vertiginosos cambios ocurridos en esa antigua sociedad, desde la Revolución Cultural hasta su transformación al llamado “socialismo de mercado”.
A compartir con los lectores esas experiencias están dedicadas las crónicas –que el autor llama “impresiones”– con una riqueza inusitada de temas que permiten entender mejor a la China de hoy.
En este concentrado y sustancioso libro, el escritor se las arregla para iniciarnos en un viaje que se convierte en una vívida aventura personal.
Por eso, sus “impresiones” bien pueden ser consideradas como una puerta de entrada que, al abrirse, nos ofrece diversas rutas posibles: la política, la gastronómica, la linguística, la educativa, la cultural o bien la literaria.
Por ejemplo, en “La literatura china de hoy” encontramos un inteligente análisis de los temas tratados por escritores contemporáneos de ese país, así como algunas importantes referencias sobre sus más destacadas obras.
También podemos adentrarnos por ese otro camino relacionado con el significado de las palabras, donde el autor nos revela un enorme macizo de tradiciones, símbolos y valores que se encuentran detrás de vocablos, o de ese breve pero solidario saludo que se traduce al español como “Hola, ¿ya ha comido?”, y que nos revela facetas que el ojo avizor de Albino Chacón descubre en ellas.
A propósito de la comida, otro sendero fascinante es precisamente el gastronómico, en el que se nos inicia con “Todo por la frescura”, esa “impresión” que describe algunos de los platillos más exóticos del pueblo chino en particular, y del ser humano en general.
En el capítulo “Yo le compro, yo le vendo”, Albino Chacón pone en evidencia la relatividad de los valores en temas como la piratería comercial, las marcas comerciales y los ritos de la compraventa, en los que –curioso y divertido– participa como protagonista que sabe mirar las cosas siempre con ojos nuevos, sin evitar hablar de las contradicciones, las deudas pendientes y los riesgos del crecimiento en este juego de espejos que hay entre Oriente y Occidente.
En “Gaokao: El examen de admisión de la Universidad”, el autor nos expone el camino por el que empezó a avanzar el pueblo chino desde que, hace dos mil quinientos años, Confucio pusiera en práctica la democratización de la educación y enseñase sobre los beneficios de la meritocracia, valores que –nos lo muestra el autor– sirven de guía a esa China de hoy que avanza a pasos agigantados hacia la modernidad, ante un Occidente que no para de asombrarse' y de temer, como Chacón señala.
Otras impresiones nos introducen en cuestiones de historia, política, economía, filosofía, avances científicos y tecnológicos, medio ambiente, derechos humanos y celebraciones populares, por citar sólo unos cuantos de los asuntos que se tratan, de manera clara al mismo tiempo que amena, en los diversos textos, con la agudeza del observador capaz de experimentar las diferencias culturales y de encontrar lo común que nos reconforta y lo distinto que nos estimula.
Notaremos, en fin, que estas “impresiones” han sido escritas dentro del mayor respeto hacia la identidad y la dignidad de ese admirable pueblo que, en busca de la “armonía”, se afirma en su propia lógica y nos recuerda, día a día, que el mundo es mucho más que Occidente.
Para quien quiera conocer un poco más de China, sin tener que recurrir a extensos manuales, nos atrevemos a decir que este libro resulta imprescindible.