Madrid, España. El País. “No, no nos están atacando los asteroides, podemos estar tranquilos, ningún fenómeno conocido está provocando un flujo de objetos mayor de lo habitual”, dijo Adriano Campo, profesor de Física de la Universidad de Alicante, en España.
El que un meteorito entrara por sorpresa en la atmósfera terrestre (sobre Rusia) el mismo día en que un asteroide de 50 metros pasaba muy cerca de la Tierra, fue casualidad, “cosa de la estadística”.
Un meteorito como el que chocó en Rusia puede impactar al planeta cada 100 años y, de momento, no hay forma de precisar cuándo será el siguiente. Sin embargo, los centenares de heridos y daños materiales han elevado para muchos a la categoría de amenaza lo que hasta ahora era una curiosidad celeste.
La coincidencia “ha encendido las alarmas de posibles impactos dañinos y la necesidad de esforzarnos en la búsqueda de este tipo de objetos y en los métodos posibles de su neutralización, que es algo aún sin resolver”, reflexiona Agustín Sánchez-Lavega, astrónomo de la Universidad del País Vasco especialista en el sistema solar.
Naciones Unidas, por medio de su Comité de Uso Pacífico del Espacio, ya destacó la necesidad de incrementar la coordinación internacional entre organismos y países activos en este ámbito.
Los científicos están analizando datos sobre las dos rocas celestes. El estallido del meteorito de los Urales, un objeto de 10 toneladas, fue captado por la red de detección de ultrasonidos; sismógrafos en todo el mundo registraron el fenómeno y el estallido en el aire fue visto por un satélite meteorológico. “El objeto viajaba a una velocidad de 64.000 kilómetros por hora y debió generar miles de fragmentos”, señaló Josep María Trigo, científico del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona.
Los científicos de la Universidad Federal de los Urales han encontrado ya en el suelo unas cuantas decenas de meteoritos. Son condritas, el tipo más corriente: “un 74% de todos los que llegan a la Tierra”, apunta Trigo. Tenían tamaños comprendidos entre 0,5 y 1 centímetros, informó Reuters.
El trabajo se acumula para los especialistas en asteroides estos días. También están analizando la información captada del 2012 DA14, que pasó el viernes pasado, como estaba previsto, a tan solo 27.700 kilómetros de distancia del suelo terrestre.
“Parece tratarse de un cuerpo alargado y tiene una rotación de unas siete horas”, señaló Jaime Nomen, astrónomo del Observatorio de Mallorca y descubridor del asteroide 2012 DA14 hace un año.
“En cuanto a su composición, podría tratarse también de una condrita ordinaria. El asteroide no se ha roto al pasar junto a la Tierra, pero ha cambiado su órbita (por el impulso adquirido con la gravedad terrestre), por lo que, a partir de 2040, podría acercarse mucho otra vez y suponer un peligro”, dijo.
Lo que está claro es que los sistemas de vigilancia del cielo son insuficientes. El 2012 DA14 se vio, se calculó su órbita y se determinó que no había riesgo de colisión. El meteorito de Rusia no solo era más pequeño y, por tanto, más difícil de detectar, sino que llegó por la cara solar, lo que impide que los telescopios en tierra lo vean.
“Habría que desarrollar otros sistemas de vigilancia desde el espacio”, concluyó Trigo.