Estafados por el mundo

El problema que enfrentamosno es institucional,sino moral

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Hay una preocupación universal por todo lo que está pasando. Por el tráfico de drogas, que es casi una institución mundial y –por lo que parece–, parte de la política exterior de algún hegemónico país; por la delincuencia generalizada y la corrupción en ciertos estratos sociales, sin capacidad oficial para su control; por la democracia, tan venida a menos, consecuencia de la pérdida del rumbo moral que impuso un capitalismo desalmado, avaricioso y cruel; por los partidos políticos que olvidaron que el gobierno democrático es para los pobres y para la solución de sus necesidades y no para los ricos y el fomento de sus riquezas; por el resultado de todos estos males que nos deja un mundo cada vez más miserable y una creciente población desocupada; por una trágica realidad que amenaza estallar en mil pedazos, al grito de la unión mundial de los desempleados contra todos los que robaron la fe en la democracia y la esperanza de los pueblos. Por todo esto, hay una preocupación universal desesperada.








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