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Enfoque

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Espero, parece que no he hecho otra cosa en todo el día que esperar. Como todo el mundo en el salón. Ser ciudadano tico en diciembre es un ni modo. Y eso que, lo reconozco, cada vez puedo hacer más trámites desde la soledad de mi computadora. Sin embargo siempre quedan los indelegables, irreductibles al progreso. La cuestión es que en el hastío entro en conversa con la señora del lado, oigo al de allá punzando al saprissista aquel que, código manda, pone al mal tiempo buena cara y otra vez será. No falta el conectado con la política que se ufana de ser cuate del precandidato aquel. En fin, un trámite público es un igualador social y el hastío una inopinada ocasión para el encuentro ciudadano pues, parloteos aparte, el enemigo está claro: el burócrata de la ventanilla, el tirano del sello, ese con el poder de arruinar o no nuestro día.








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