Ella llegó a esta ciudad y se regresó a Costa Rica anoche mismo en vuelo privado. Él, entre tanto, llegó de Venezuela y hoy partirá hacia Bolivia.
El encuentro, cuyo día y hora fueron postergados, se llevó a cabo en el salón de Protocolo de la base de la Fuerza Aérea Nicaraguense, al lado de la terminal comercial del Aeropuerto.
En una noche sumamente calurosa la cordialidad que mostraron los dignatarios contrastó con el tosco trato de los miembros de la Seguridad del lugar.
Mientras ambos conversaban, Managua apenas superaba una jornada de protestas organizadas por grupos pro Gobierno. Además, organizaciones ecologistas amenazaron con protestar contra el polémico proyecto minero Crucitas, en la zona fronteriza.
En fin, razones sobraron para que Chinchilla no pasara de la terminal aérea.
“La presidenta (electa) Chinchilla estableció la coordinación correspondiente porque andaba el rumor de que nosotros desde Caracas seguiríamos para Cochabamba, pero no. Teníamos este compromiso y hemos retornado hace poco y nos sentimos muy contentos, muy honrados de estar recibiéndola en su tierra: Nicaragua”, expresó Ortega al arribo de Chinchilla.
Este era el segundo intento de encontrarse, debido a que ocho días atrás la cita se frustró por problemas en la conexión de vuelos de Chinchilla. cuando viajaba desde Guatemala.
Por esa razón coordinó con la Primera Dama, Rosario Murillo, para verse ayer. Pero, además de correr días, hubo que mover horas.
La llegada de Chinchilla estaba prevista para las 5 p. m., pero, como no era cortés arribar antes que el anfitrión, se corrieron los minutos.
Ortega aterrizó a las 5:10 p.m. y Chinchilla una hora y 20 minutos después.
Tras una hora y 40 minutos de reunión privada, solo hubo una declaración y, al estilo Ortega, nadie pudo preguntarles nada.