Palmares, Alajuela. Desde un abarrotado redondel de toros, en su natal Palmares, Johnny Araya Monge se lanzó anoche al ruedo electoral como el candidato por el Partido Liberación Nacional (PLN) para intentar lograr, en febrero entrante, un tercer gobierno consecutivo de esa agrupación socialdemócrata.
Acuerpado por cientos de partidarios que se desplazaron desde diversas partes del país, el que será hasta el 28 de junio el alcalde de San José aceptó el reto electoral, en medio de una gran agitación de banderas, sonidos de pitoretas y música tropical.
“Quiero ser el reflejo de todas y cada una de las familias que se esfuerzan por una Costa Rica mejor”, aseguró.
También, fue ovacionado cuando destacó que llegaba a las puertas de una eventual presidencia de la República “sin padrinazgos”.
Mucho antes de su discurso hubo bailes, cánticos y saludos por doquier. Luego, el palmareño recibió de parte del Tribunal de Elecciones Internas del PLN un pergamino en el que se dejaba constancia de su “inscripción formal” como aspirante presidencial.
Pese a ese gesto simbólico, la Asamblea Nacional liberacionista debe ratificar a Araya, paso que se consumaría en agosto próximo.
A la cita en el redondel llegaron desde su novia Sandra León hasta otros que meses atrás intentaron disputarle la opción de llegar a la candidatura presidencial, entre ellos el empresario Antonio Álvarez Desanti.
Infaltable en la noche fue su tío y expresidente Luis Alberto Monge.
Primeras promesas. Por poco más de 30 minutos Araya agradeció a los presentes el sentido apoyo, algo que intercaló con las primeras promesas ante un eventual gobierno suyo.
Como “prioridad de prioridades”, según dijo, está el rescate de la Caja Costarricense de Seguro Social, así como garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
De la Caja, Araya aseguró que reduciría la brecha entre la entidad y los servicios de salud privados.
También hubo espacio en su discurso para dictar las soluciones que ayuden a la “recuperar la gobernabilidad” en un Estado al que calificó de ser “lento, inútil y burocrático”.
Tras su alocución Araya celebró su noche al mejor estilo de los equipos de fútbol que ganan un cetro: su figura quedó oculta en miles de papelitos brillantes por los aires.
Para cuando se retiraba del escenario, en medio de abrazos, ya sonaba al fondo el estribillo “¡Viva Pepe, vivan sus hombres...!” del Corrido a Pepe Figueres .