Fleider Duarte Moreno, a quien desconocidos balearon en un aparente intento de bajonazo, fue víctima de un secuestro en noviembre del 2005.
El empresario venezolano viajaba el viernes, pasadas las 8 p. m., por Paracito de Moravia cuando fue interceptado por sujetos armados.
La víctima y su familia viajaban en un Nissan Tiida nuevo, de color gris. Con él iban su esposa Haydée Zapata Rosales (no trascendió su edad) y su hijo de 10 años.
Según informó la Cruz Roja, Duarte Moreno resultó con heridas de bala en el cráneo y el cuello. Ayer se encontraba en condición delicada en el Hospital Calderón Guardia, en San José.
La mujer presentaba una herida en el hombro, y el menor en el tobillo izquierdo. El pequeño fue trasladado al Hospital Nacional de Niños (HNN) para su revisión.
Raúl Rivera, director regional de la Fuerza Pública, informó de que todo indica que la familia fue víctimas de un fallido bajonazo.
“Cuando pusieron resistencia a los atacantes, los asaltantes los atacaron con arma de fuego. Prácticamente, toda la familia resultó herida. Al señor lo hirieron en la cara y el hombro, a la señora en el hombro, y al niño en el tobillo izquierdo.
“Cuando los delincuentes comprobaron que no se podían robar el vehículo, se retiraron”, describió el jefe policial.
Sin embargo, la mecánica del ataque despertó algunas dudas entre los investigadores del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los pistoleros se excedieron en la agresión y, cuando tuvieron el carro de la víctima a su disposición, renunciaron a la idea de robarlo.
Algunos testigos indicaron a las autoridades que el ataque fue obra de unos motociclistas.
Aunque varias calles fueron cerradas por la Policía para capturar a los atacantes, no fue posible dar con su paradero.
“Se detuvo un carro con cuatro personas por otro intento de bajonazo en Los Sitios –también en Moravia–, pero no tenían nada que ver con el caso”, agregó el policía.
Se llamó a un teléfono a nombre de su esposa, pero la persona que contestó dijo que la familia no se iba a referir al ataque.
Los privaron de su libertad cuando salían de un restaurante en Tres Ríos de La Unión, en Cartago. Según trascendió, se pagaron ¢160 millones por el rescate de ambos extranjeros.
La banda secuestradora –que se caracterizaba por actuar con suma violencia– los mantuvo retenidos una semana en dos talleres (uno en Patarrá de Desamparados y otro en Tibás), así como en un apartamento en San Juan de Dios (Desamparados, San José).
Más de un año después del doble secuestro, la policía capturó a miembros del grupo, personas cercanas a un otrora prófugo del centro penitenciario La Reforma, Jovel Guillermo Araya. En esa ocasión, la Policía Judicial detuvo a dos de los hijos del sospechoso.
La banda se habría apoderado de más de ¢630 millones por el cobro de rescates, solo en el 2005, según el Organismo de Investigación Judicial. De acuerdo con informes policiales, los familiares Araya participaban en la captura, escolta y vigilancia de todas las víctimas.
Jovel Araya escapó de La Reforma junto a otros siete reos el 9 de octubre del 2006 y, como parte del plan, los presidiarios asesinaron a un policía penitenciario.
Tiene muchos años de residir en Costa Rica. Aquí figura como presidente, vicepresidente y tesorero en seis sociedades anónimas: Inversiones Fujimaro del Viento, Bar Wahoos, Importadora y comercializadora Dano, Dader S. A., Laboratorio de Sueños Interactivos y Bienes Eco Limited.
El matrimonio figura como propietario de dos terreno en Vázquez de Coronado. Fleider Duarte tiene cédula de residencia. Su esposa es de nacionalidad nicaraguense.