Bangkok (AFP) El estado de emergencia decretado en Bangkok y sus alrededores fue ampliado a las otras 15 provincias de Tailandia para facilitar el control de los manifestantes anti-gubernamentales.
Esta medida es efecto de la agresión que recibió el líder opositor. El general Khattiya Sawasdipol, alias Seh Daeng, muy popular entre los “camisas rojas” y encargado de facto de sus operaciones de seguridad en el barrio que ocupan desde hace dos meses, recibió un disparo en la cabeza mientras concedía una entrevista a un reportero del International Herald Tribune.
"Está siendo sometido a una operación quirúrgica en la unidad de cuidados intensivos del hospital Hua Chiew", precisó un portavoz del centro en el que fue ingresado, confirmando que el general se encuentra "grave".
Las circunstancias del incidente no estaban claras. Horas antes, el ejército tailandés había advertido que desplegaría a francotiradores en la zona, como parte de un dispositivo de contención destinado a evitar que se unan más manifestantes a los "camisas rojas".
El general Khattiya, de 58 años, no escondió en los últimos días su rechazo al plan de salida de crisis propuesto por el primer ministro, Abhisit Vejjajiva. Éste ofreció disolver el Parlamento en la segunda mitad de septiembre para celebrar elecciones el 14 de noviembre, si todas las partes aceptaban su plan de reconciliación.
El militar también ha asumido siempre su estrecha vinculación con Thaksin Shinawatra, ex primer ministro en el exilio derrocado por un golpe militar en 2006. Los "camisas rojas", integrados por campesinos y trabajadores urbanos, defienden el legado del ex mandatario, al que admiran por su política de micro-créditos y su reforma de la sanidad.
El plan de salida propuesto por el primer ministro parece ahora muy comprometido, después de que esta semana los "camisas rojas" bloquearon el proceso exigiendo la inculpación del número dos del Gobierno, Suthep Thaugsuban, al que consideran responsable de los violentos enfrentamientos del 10 de abril pasado entre manifestantes y militares, que dejaron 25 muertos y más de 800 heridos.
Desde entonces, la tensión no ha dejado de aumentar.
El primer ministor, Abhisit anuló este jueves las elecciones anticipadas propuestas para el 14 de noviembre a cambio de la disolución del movimiento de protesta. El ejército anunció el envío de 52 blindados para rodear el barrio comercial ocupado por los manifestantes.
La operación militar debía comenzar a las 6 pm (hora en Bagkok). Tres horas después, no se veía ningún tanque.
El coronel Sunsern Kaewkumnerd, portavoz militar, advirtió que se desplegarían francotiradores, y que el uso de balas se autorizaría en caso de amenazas y contra "terroristas armados".
Oficialmente, el objetivo no es dispersar por la fuerza a los manifestantes, porque consideran que es una operación delicada en ese amplio barrio protegido por barricadas de bambúes, neumáticos y alambre de púa cortantes, y en el que viven muchos niños.
El jefe del ejército descartó la opción en varias ocasiones.
Esta crisis se establece como la peor en el reino desde 1992. El balance de víctimas, unos 29 muertos, y cerca de 1.000 heridos desde mitad de marzo.