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El papa Francisco y el poder de la humildad

Con “la revolución de los gestos”, el mundo ha aceptado su llamado

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El ambiente en la Sala Regia en el Vaticano era de gran expectación. Ciento ochenta jefes de misión de países de los cinco continentes con los que la Santa Sede tiene relaciones diplomáticas, esperábamos impacientes nuestro primer encuentro con el papa Francisco. Las luces de la sala tomaron mayor intensidad para anunciar el arribo del nuevo Papa. Justo a las 11:00 a. m., hora de la cita, el Santo Padre ingresó a la sala. Todo de blanco sin más ornamentos, cruz de hierro simple y zapatos negros que claramente han pisado varias veces las calles de Buenos Aires, el papa Francisco recibió de inmediato el aplauso de los presentes.








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