Cartago. Se le notaba. Lo que veía no le hacía ni pizca de gracia.
De inmediato a que el juez ordenó el descanso, Odir Jacques bajó con prisa las gradas del túnel.
No lo podríamos asegurar.
Mas por ahí un duendecillo infidente confesó que durante la pausa, el vestuario azul cimbraba al tenor de un verbo intenso.
No lo podríamos afirmar. Lo cierto es que la reacción fantástica del segundo lapso, cuando Cartaginés venció 3 a 1 a Puntarenas, obedeció, en gran medida, a la reprimenda con que el avezado estratega “despertó” a sus pupilos.
Después de un primer capítulo francamente aburrido, los locales y los chuchequeros ofrecieron un buen espectáculo en el complemento de una historia que rubricó Odir Jacques con su segunda aparición en el banquillo brumoso y la primera victoria de su cosecha.
El ajedrez de Mora. En la primera etapa, las acciones del duelo se decantaron claramente a favor de Ronald Mora, técnico de Puntarenas.
Su estrategia del primer tiempo consistía en controlar las arremetidas de los de la Vieja Metrópoli, mientras sus habilidosos creativos, Diego Brenes y Yashin Bosques, mantenían ocupados a los defensores locales. Estos despejaban pelotas hacia arriba y a lo que saliera, como bombetas de turno.
En consecuencia, mientras el Macho Mora simplemente miraba y sorbía el agua de su botellita, Odir gesticulaba y clamaba al cielo.
No obstante, el control naranja de la primera parte no alcanzó para inquietar en serio el área rival.
Dos cartas de Odir. Eduardo Valverde y Josué Mitchel enseñaron sus boletas de cambio. Los relevos de Jiménez y Lezcano, respectivamente, incidieron en el excelente papel azul del segundo tiempo.
Randall Alvarado tomó un balón suelto. Fuera del área, sin nadie a quién servírselo, optó por rematar de larga distancia. ¡Golazo!
Mas no se crea que el Puerto se entregó a su suerte. El guión de Ronald Mora siguió fiel a sus líneas, hasta que se lesionó Yashin Bosques, al 61’. Yashin era el gran socio de Diego Brenes, el arquitecto.
Cinco minutos antes (56), Luis Torres “se comió” un tiro libre de Diego Brenes. 1 a 1.
Con el renovado impulso de Valverde y Mitchel, crecieron Iván Pailós y Andrés Lezcano, quien recordó su sed de gol y anotó el segundo, tras un buen pase de Maitland.
El 3 a 1 lo ejecutó Pailós desde el punto de penal (falta de Venegas a Ponce) y consolidó el 3 a 1.
Era evidente. Al final del primer tiempo, el viejo zorro azul mascullaba su bronca. Decidió apretar clavijas. Y labró la victoria.