El cinismo de Castro

Para Fidel Castro la puesta en escena continúa, aun con el auditorio vacío

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Los gestos de cinismo, usualmente, tienen la capacidad de suscitar indignación a la vez que hilaridad. Depende del estado de ánimo con que lo agarren a uno y de los protagonistas del desparpajo. Piense, por ejemplo, qué le provoca más risa o náusea: transnacionales europeas que luego de su colusión con políticos latinoamericanos durante la ola de privatizaciones de los noventas, moquean y claman por que se respete el Estado de derecho, o la princesa del Calafate, enfundada en su luto eterno, que con el ícono de Evita atrás (graficado a lo Che Guevara), anuncia nacionalizaciones para recuperarle al pueblo (sic) sus riquezas.








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