Davos, Suiza (AFP). El cambio climático está en el centro de las preocupaciones del Banco Mundial, ya que afecta en primer lugar a los más pobres del planeta, declaró hoy sábado el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, en el Foro Económico de Davos .
"La sequía que provoca la subida del precio del trigo o de otros cereales afecta en primer lugar a los pobres", afirmó. Explicó que son estos sectores los que deben pagar más para alimentarse.
El presidente del Banco Mundial, que asumió sus funciones hace seis meses, recordó las conclusiones de un informe sobre las consecuencias del calentamiento del planeta publicado en noviembre pasado por su organización. "Me impresionó", dijo.
Luego recordó que según el escenario más sombrío de un aumento de la temperatura de 4ºC para 2060, se abatirá "una cascada de cataclismos" en los países pobres, echando por tierra años de desarrollo.
No obstante, se dijo confiado de que los recientes fenómenos meteorológicos, como la ola de frío intenso que sacude a Europa o la sequía en Australia, ayuden a los gobiernos y a la opinión pública a sensibilizarse sobre la necesidad de actuar y comprometerse con un "futuro verde".
El presidente del BM puso como ejemplo a China, que según él se ha embarcado en una "economía verde", pese a que Pekín presenta unos niveles de contaminación atmosférica que exceden con mucho los niveles aceptables para la salud.
"Los chinos se han marcado objetivos ambiciosos, tienen un plan para lograrlo", declaró.
Para reducir sus importaciones de petróleo, China ha prometido invertir más de $14.000 millones para el final de la década con el fin de desarrollar infraestructuras para 5 millones de vehículos propulsados con energías renovables.
Pekín también está llevando a cabo programas piloto para fomentar el uso del coche eléctrico en algunas ciudades. En Shenzhen, las autoridades subvencionan con cerca del 50% la compra de vehículos eléctricos.
El gobierno también ha desembolsado ya $54.000 millones en seis años para desarrollar baterías para vehículos eléctricos.
Por último, Pekín prometió el año pasado que va a cerrar o transformar para 2015 unas 1.200 fábricas muy contaminantes.