El adiós de un símbolo

 Una orden de demolición pesa sobre la antigua iglesia de Santiago de Puriscal. El simbólico edificio, levantado con el aporte de todo un pueblo, podría estar viviendo los últimos días de una historia marcada por la fe, el trabajo y el cariño de los puriscaleños.

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Aún no se ha ido, pero la están extrañando. Cada vez que los puriscaleños pasan frente a ella, levantan los ojos y la miran con nostalgia. A muchos les duele imaginar que, en unos días, la simbólica iglesia será una montaña de escombros.








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