La Comandancia Norte declaró la situación de máxima alerta militar poco después de iniciarse las hostilidades, el pasado 12 de julio, y de que las comunidades del norte de Israel se vieran sometidas a constantes bombardeos de cohetes disparados desde el sur del Líbano por Hizbulá.
Asimismo, la Comandancia de la Retaguardia también advirtió durante los más de treinta días de hostilidades a la población del norte del país de que permaneciera en refugios y cuartos blindados, una medida que ya no rige tras el regreso a la normalidad.
El alto el fuego siguió a un compromiso alcanzado entre Israel y la milicia chií Hizbulá, promovido por el Consejo de Seguridad de la ONU y materializado, entre otros aspectos, en la resolución 1701.