En las últimos meses, su nombre ha sido mencionado una y otra vez en la comisión legislativa que investiga, en el plano político, la construcción de la trocha fronteriza 1856.
Exfuncionarios del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) lo han citado como alguien que urgió la apertura del proyecto ante el peligro de una “invasión inminente”.
La mira apunta al exministro de Seguridad y actual embajador de Costa Rica en Uruguay, José María Tijerino, a quien los diputados llamaron a comparecer ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público.
La diputada Patricia Pérez, presidenta de ese panel, sostuvo que en las comparecencias a ella le ha quedado claro que el Conavi impulsó la obra por órdenes del Ministerio de Seguridad, por lo cual hay que escuchar las circunstancias que mediaron para tomar esas decisiones.
“Él es la persona que nos puede decir eso y valorar si son razones suficientes, si había elementos que la población desconoce que ahora sí se pueden decir”, manifestó Pérez. Ella espera que Tijerino comparezca a finales de enero.
El exdirector del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) Carlos Acosta declaró que Tijerino les dijo que la obra era un asunto “de vida o muerte”, y el inspector Miguel Ramírez, uno de los encargados de la obra (actualmente cumple prisión preventiva), sostuvo que ellos dependían de Seguridad.
Este medio intentó conversar con el embajador. Sin embargo, mediante una asistente en Montevideo, dijo que no daría declaraciones. Tijerino renunció a la cartera de Seguridad Pública en abril del 2011.
La trocha se inició en diciembre del 2010 tras el conflicto surgido con Nicaragua por la invasión a isla Calero, dos meses antes. Este proyecto del Conavi, de más de ¢20.000 millones, terminó en investigación judicial por posibles actos de corrupción.