EscucharLos $190.000 que la inversionista Dolores González Vásquez asegura que la Iglesia Católica le retiene desde el 2006, terminaron depositados en una cuenta bancaria de la firma Sama Internacional S. A.
Copia de los documentos bancarios que respaldan esa transacción revelan que el dinero se giró desde la cuenta 70405-6 que posee la Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor) en el Banco Nacional y se depositó en la cuenta 142-600075-5, que la firma Sama Internacional tiene en ese mismo banco.
El dinero salió a nombre del sacerdote Vicente Caudeli Sanz, quien apadrinaba a González Vásquez en su inversión.
El cheque lo firmó el sacerdote Guillermo Godínez Zúñiga, entonces director de Servicios Pastorales, secretario de la junta directiva de Grupo Consolidado Sama S. A. y director vocal segundo de Sama Internacional S. A.
El depósito de ese cheque en la cuenta de la firma Sama Internacional se hizo luego de que el sacerdote Caudeli Sanz, lo endosó.
Según consta en los sellos bancarios colocados en el dorso del cheque, el dinero salió de la cuenta de la Cecor y se depositó en la cuenta de Sama Internacional.
La Iglesia Católica es el socio mayoritario del Grupo Empresarial Sama S. A.
Dolores González Vásquez y su familia colaboraron con la Iglesia Católica en ayudar a jóvenes que llegaban a Costa Rica huyendo de la guerra que vivió Nicaragua durante los años ochenta.
González forma parte de un grupo de personas que reclaman a la Iglesia la devolución de sus ahorros invertidos en Servicios Pastorales.
Así lo indicó el cura Benavides en una carta firmada en febrero de este año como respuesta a la solicitud de cobro de González.
El vocero de la Cecor, Mauricio Granados, alegó que por existir una investigación judicial sobre este caso, el cura Benavides solo respondería las preguntas que se le enviaran por escrito.
A las preguntas: si el cheque se emitió para cancelar una inversión de Dolores González, ¿por qué no giró a nombre de esa inversionista? Y, si el cheque se emitió para cancelar una inversión de Dolores González, ¿por qué se depositó en una cuenta de la firma Sama Internacional?
El sacerdote Benavides contestó: “El cheque se giró a nombre de un tercero porque la inversión estaba a nombre de él y de la señora González Vásquez. Eso debió hacerse así porque la señora se negaba a retirar sus recursos, a pesar de que reiteradamente se le había explicado que ya no los podía tener ahí por orden de la Sugef”.
“Además, tenemos información y evidencia que demuestra que ella invirtió esos recursos, a nombre suyo y de su marido, a través del Grupo Sama, los que en su oportunidad le fueron totalmente cancelados”, respondió Benavides.
Por su parte, la inversionista González Vásquez asegura que nunca firmó ninguna autorización para efectuar una operación de ese tipo ni invirtió en el Grupo Sama.
Ayer, se localizó en Nueva York al presidente de Grupo Sama, Víctor Oconitrillo, quien delegó cualquier respuesta en su director corporativo Gerardo Matamoros.
Matamoros no respondió los mensajes dejados por
Según González, tras vencer el plazo de su inversión intentó cobrarla pero los empleados de Servicios Pastorales le indicaron que ya había sido cancelada.
El obispo Ulloa alegó que la firma suya que aparece en esa captación financiera se rubricó antes de que la Sugef ordenara a la Cecor cesar esa actividad.
Desde 1995, la actividad financiera está regulada por la ley orgánica del Banco Central de Costa Rica y, en diciembre del 2004, la Sugef ordenó a la Cecor cesar las operaciones de captación y préstamo de dinero a laicos.
