Asamblea de partido accesibilidad sin exclusión
Muchos de los bonos de deuda política que el PASE cobró al TSE en el 2010 con el argumento de que eran pagos para los proveedores de su campaña, no fueron cambiados por tales contratistas.
Los bonos en realidad quedaron en manos de personas diferentes a las que el Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE) reportó haberles pagado.
Por ejemplo, 30 de los 50 individuos que más certificados cambiaron no están en la lista de proveedores que la agrupación presentó ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), para reclamar la deuda política.
De los casi ¢500 millones que ese medio centenar reclamó al Estado, ¢312 millones corresponden a las tres decenas no reportadas.
Además, algunos proveedores cambiaron bonos por montos mayores o menores a lo registrado.
Así se desprende de una comparación, elaborada por este medio, entre los bonos políticos que el PASE reportó al TSE y la lista de individuos que los cambiaron en el Ministerio de Hacienda.
Desde hace varias semanas, el órgano electoral investiga si fueron ficticios los alquileres de autos que Accesibilidad reclamó al erario, por ¢312 millones.
Para las votaciones del 2010, el PASE emitió bonos por unos ¢950 millones con el fin de pagar servicios como publicidad y transporte. Tras las elecciones, cada uno adquirió un 63% de su valor.
Casos. La persona que más bonos cambió es el empresario José Luis Lizano Rodríguez, quien no vendió servicios al partido. Él cobró ¢97 millones que el PASE dijo haber pagado a 29 proveedores.
Otro caso es el de Krisia Montoya, regidora de Coronado. A su nombre, Accesibilidad anotó bonos por ¢7,5 millones por un auto que, según ella, no trabajó en campaña. Montoya negó haber recibido esos certificados.
Según registros de Hacienda, estos bonos fueron cambiados por 13 diferentes personas, entre ellos Lizano y Sergio Zamora Álvarez.
Lizano además canjeó certificados asignados al diputado José Joaquín Porras, quien también negó haberlos vendido al empresario.
Gerardo Chaves, abogado de Lizano, informó de que su cliente compró esos bonos porque vio la posibilidad de hacer un buen negocio, aunque al final perdió dinero.
Chaves dijo que el empresario compró los certificados en varios giros a Hugo Navas, exsecretario general del PASE. Añadió que Lizano es una persona intachable y económicamente solvente.
Navas alegó que él vendió bonos que le entregaba Rita Chaves, actual diputada y entonces tesorera del PASE, con el afán de obtener efectivo para apoyar la campaña.
Según su relato, colocó certificados por ¢200 millones y el dinero que Lizano y otras personas le entregaban se lo daba a la diputada Chaves. “Rita me llamaba, que tengo ¢5 millones, que tengo ¢7 millones (en bonos)”, dijo el exsecretario general del partido, quien apuntó que en aquella época no ocupaba cargo alguno en la estructura.
¿Por qué esos bonos fueron registrados ante el TSE como pago a proveedores y no como captación de efectivo ante el TSE? Navas dijo desconocerlo, al tiempo que Rita Chaves negó todo lo que él dijo.
Según la legisladora, el partido no entregó bonos a Navas para que los vendiera ni recibió efectivo de su parte. “Hubiéramos querido tener efectivo”, dijo la diputada.
Chaves aseguró que Navas pudo comprar bonos a terceros porque, de parte del PASE, estos únicamente fueron entregados a proveedores. Personas como Lizano, dijo, debieron comprar a contratistas que quisieran efectivo. “Cómo vendan esos bonos o no, no tenemos ningún control sobre eso”, declaró.
Otro caso es el de Rolando Salazar Flores, regidor del PASE en Heredia. A su nombre, el partido emitió el equivalente a ¢3,1 millones por el alquiler de un vehículo.
Él afirmó que solo canjeó ¢800.000. Y así fue, aunque con bonos asignados a otras personas, según datos Hacienda. ¿Qué pasó con los ¢3,1 millones asignados a él? ¢2 millones fueron canjeados por la financiera Valores Comerciales de Costa Rica (Valco) y el resto fue distribuido entre seis personas más.
También cambiaron bonos asignados a otros proveedores un diputado y un empresario de radio.