La palabra clave en esta feria del agricultor es “armonía”. Se aplica a la naturaleza, se aplica a la salud y también a las relaciones entre consumidores y vendedores.
Este mercado es la Feria Verde. Se realiza los sábados por la mañana, en el Polideportivo de barrio Aranjuez, en San José, y se especializa en la venta de productos orgánicos.
Se encuentran ahí los miembros de la nueva generación de demandantes de productos orgánicos, que promueven esa práctica como una filosofía de vida, recordó Faviana Scorza, una de sus administradoras. Son 350 comerciantes fijos los que se congregan; la mitad de ellos extranjeros.
El sábado pasado, varios consumidores dejaron muy claro que su objetivo es acudir a productos sanos para cuidar el ambiente, su salud y estimular al productor.
“Lo que nosotros buscamos en esta feria es básicamente salud. Todas las frutas, verduras, legumbres y demás que puedan venderse acá son saludables en un 100%. En la familia es una cuestión meramente de satisfacción; se siente uno muy contento y muy seguro a la hora de comer”, comentó ese día Rolando García, tras colocar en el suelo la bolsa de tela donde cargaba sus compras.
El sábado 9 de junio, en la Feria Verde, un kilo de papa valía ¢1.300, mientras que el precio recomendado en las ferias convencionales fue de ¢360. En el de tomate el precio fue de ¢1.000 el orgánico y ¢900 el común; en zanahoria de ¢1.000 en una y ¢290 en la otra, y en la cebolla de ¢1.200 contra ¢900.
Una lechuga orgánica en la Feria Verde vale de ¢400 a ¢500 y en la feria convencional ¢225; y en chile dulce la diferencia es de ¢300 frente ¢150 al comparar ambos mercados.
El mayor precio, por el lado del consumidor, y las dificultades de producir sin agroquímicos, por el del agricultor, frenan el desarrollo de este tipo de agricultura en el país, reconoció el gerente del Programa Nacional de Agricultura Orgánica, Mauricio Chacón.
“En la agricultura convencional existen los ‘paquetes tecnológicos’ que permiten adecuar los cultivos a las condiciones de todo tipo mediante agroquímicos; en la orgánica hay un proceso de conocimiento, mediante el cual el agricultor debe resolver los problemas sin acudir a aplicaciones químicas”, recordó Chacón.
En Costa Rica, la Feria Verde y la Feria del Trueque, en San Cayetano, son los dos únicos mercados especializados en productos orgánicos, explicó Chacón. Hay una feria pequeña en Upala, una asociación de productores orgánicos tiene tienda en la carretera a Zarcero y una finca orgánica en Esparza abre para realizar su propia feria.
Las grandes cadenas de supermercados tienen áreas especializadas en productos certificados.
La ley permite dos formas de certificación. Una es por medio de agencias registradas en el Servicio Fitosanitario del Estado y la otra es la participativa, en la cual los productores, entre sí, y los consumidores revisan las prácticas periódicamente.