Pese a que ya han sido 38 los años en que, cada 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Ambiente, no fue sino hasta hace poco tiempo que más gente en el planeta empezó a percatarse de ello.
La Asamblea General de Naciones Unidas instituyó la fecha en 1973 y desde entonces ha habido un lema para cada año. En este 2011, se enfatiza en los bosques y en la relación intrínseca que hay entre la calidad de vida y la salud de los bosques y los ecosistemas forestales.
El año pasado, el lema fue: “Muchas especies, un planeta, un futuro”, y el año previo, “Tu planeta te necesita: unidos para combatir el cambio climático”.
Los temas sobran: una economía baja en carbono, el deshielo, los desiertos y la desertificación, el agua y su creciente faltante, la fauna que se extingue... Pero quizá la frase que mejor resume todas las inquietudes posibles es: “Tenemos una sola Tierra”.
Este es nuestro hogar, el que heredaremos a las generaciones venideras. O quizá no. Porque, día a día, seguimos talando nuestro futuro.
Los más preocupados y conscientes son los niños y adolescentes de hoy, a quienes se les ha educado con un mensaje ambiental muy distinto al que recibimos los adultos. Ahora les enseñan, por ejemplo, que los recursos naturales no son infinitos.
Ojalálas buenas intenciones de este 5 de junio saltaran del papel, los lemas y los foros, a la vida cotidiana de hombres y mujeres en todo el mundo.